En una danza de desaciertos, la realidad de Mexico flota en medio de un mar de mentiras.¿ Que el poder hace perder la razón? ¡Eso dicen!
En una danza de desaciertos, la realidad de Mexico flota en medio de un mar de mentiras. ¿Que el poder hace perder la razón? ¡Eso dicen!
Hace 5 años los ciudadanos este país tuvieron en su mano la decisión de elegir quien los gobernara y así lo hicieron.
Hartos de gobiernos abusivos , optaron por una esperanza; la de tener un gobierno diferente que volteara a ver a la gente y está gente fuera escuchada y atendida en sus necesidades para tener una vida digna, mejor de la que padecía.
Los abusos sin límite del sexenio de Enrique Peña Nieto definió la elección a favor de Andres Manuel Lopez Obrador, como nuevo timonel del país.
Con la esperanza en la mano, 30 millones de mexicanos depositaron en una urna el papelito que llevaba escrito dentro sus demandas y aspiraciones.
Se llegó el día y Lopez Obrador tomó las riendas del poder; poder omnimodo como se ejerce en este miserable país.
Lopez Obrador enlistó 100 compromisos en un cartón y se los entregó a los 30 millones de soñadores en pleno Zócalo, corazón de México.
Su aparente humildad hizo creer que su gobierno lo ejercería con austeridad republicana y para “ demostrarlo” se instaló a vivir en el mero Palacio Nacional.
Resultó no ser ni austero ni republicano . Crítico a los neoliberales que habían dirigido al pueblo de México pero vino a ser más neoliberal que sus antecesores.
Pacto de inmediato con los más ricos y poderosos empresarios nacionales y firmó otro pacto quizá más importante: el de impunidad con Enrique Peña Nieto, por haberle ayudado a meter el pie en plena campaña presidencial al candidato del partido Acción Nacional, Ricardo Anaya y se comprometió con EPN a no tocarle ni un pelo mientras el
gobernara, compromiso que hasta la fecha ha cumplido a pie juntillas.
Como chivo en cristalería, AMLO entró destruyendo todo cuanto. Se le atravesó en el camino de las instituciones.
Lo que tanto repitió como precandidato, de regresar a los militares a sus cuarteles , fue de los primeros compromisos que incumplió; todo lo contrario: empezó por entregar la tarea de seguridad nacional a las filas del ejército. Creó la Guardia Nacional, con el engaño de que al mando estaría un civil y por unos cuantos meses nombró a un ingeniero sonorense que pronto abandonó el puesto para irse a gobernar su terruño.
La Guardia Nacional se le entregó con moños de seda a la Secretaria de la Defensa Nacional y a las Fuerzas Armadas.
A partir de entonces, – 5 años-, AMLO ha ido entregando a puños ; tareas, obras, responsabilidades, dinero, impunidad, y privilegios sin pedir cuentas a los militares.
Así han sido: aduanas, instalaciones estratégicas, hospitales, puertos, aeropuertos y pronto también líneas aéreas ; además de ceder ahora el control del Tren Maya y nada menos que en Centro Nacional de Vigilancia y protección del espacio aéreo, órgano integrante del Alto Mando de la SEDEÑA.
Tierra y aire a los militares .
¿Dónde quedó el Estado democrático y republicano? si no en un régimen militar? Tenemos hoy en día, un ejército con sobre empoderamiento por encima del Estado.
La 4T,; el camino de la destruccion institucional; desaparece poco más de una docena de organismos autónomos y va por más.
El INAI- Instituto Nacional de acceso a la información y protección de datos personales- imprescindible para la defensa de los derechos humanos; el INSABI, – Instituto Nacional de Salud para el Bienestar-, ha sido claramente el “ aborto” de la 4T. Nació muerto, pero con 100 mil millones de pesos de presupuesto que a donde fueron a dar? Para que naciera este Instituto, desaparecieron el Seguro Popular dejando a casi 4 millones de familias sin servicio médico y al 53% de los enfermos con cancer, sin atender por despido de personal médico y carencia de fármacos que no se adquirieron .
Con la desaparición del INSABI, AMLO desmantela otro despropósito; como si las instituciones se construyeran de la noche a la mañana pues para edificarlas se requiere mucho tiempo y mucho dinero; para destruir las, sólo un plumazo.
Al decapitar el INAI, los ciudadanos quedamos desprotegidos al amparo de la incertidumbre a cerca de nuestros derechos humanos y desconociendo qué hace el gobierno con nuestros recursos en general.
Antes de concluir hoy los invito a voltear los ojos al juego político, aunque en otra ocasión nos referiremos a ello.
La oposición sin ser oposición está clausurando el mercado político y si le sumamos que en general reina la desinformación, pues ante eso, surge la incredulidad ciudadana; antídoto para la participación democrática.
Quien venga en el 2024, ¿cómo le hará para desandar el militarismo?
¿O quedaremos por siempre al redoblar de tambores?
¡Digamos la verdad!