Cada pieza no solo lleva el diseño del artesano, también encierra la memoria de un pueblo zapoteca que convirtió la lana en lienzo y los tintes en símbolos de identidad
En Teotitlán del Valle, Oaxaca, cientos de artesanos mantienen viva la tradición de la elaboración de tapetes de lana. El señor Jacobo Vázquez, cuarta generación de tejedores en su familia, y su hijo, Rey David, muestran a los visitantes, el largo e intenso trabajo que conlleva elaborar los tradicionales tapetes oaxaqueños.
El proceso inicia con el corte de la lana de borrego, que se cepilla para limpiarla, se hila y finalmente se lava. Utilizan un jabón artesanal elaborado con amole (raíces de plantas) y jojoba. Los tintes naturales dan vida a los colores que distinguen a estos textiles: la grana cochinilla, un insecto cultivado en nopales que produce un color rojo intenso, que en tiempos de la colonia se exportaba a las cortes europeas.
Fieles a su tradición, pero abiertos a la innovación, aplican estas técnicas en nuevas creaciones: camas para perros elaboradas con los tejidos zapotecos, y sombreros teñidos con tintes naturales, ampliando así el alcance de su arte a nivel internacional.
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Cada pieza no solo lleva el diseño del artesano, también encierra la memoria de un pueblo zapoteca que convirtió la lana en lienzo y los tintes en símbolos de identidad.
Gracias @nashun_pets y @huella_carmin.