Estos cambios en el estilo de vida podrían ayudarlo a reducir el riesgo de daño en el cerebro o Alzheimer.
Aunque las enfermedades crónicas son padecimientos que ocurren de forma progresiva y que no tienen cura, además que son controladas con ciertos medicamentos, al igual que otras enfermedades, también pueden ser prevenidas si se cambian ciertos hábitos en el estilo de vida.
De acuerdo al doctor Richard Lipton del Colegio Albert Einstein de Medicina en Nueva York, estos cambios pueden ser incluso más benéficos que los medicamentos mismos, como en el caso del Alzheimer.
A continuación le presento algunos consejos que puede convertir en hábitos dentro de su rutina y que le servirán para prevenir la pérdida de memoria, como lo recomienda la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer.
Tener un descanso de calidad
La falta de sueño o la poca calidad de este, sobre todo para los que padecen apnea, pueden desarrollar a más temprana edad un problema de memoria conocido como detenrioro cognocitivo leve, el cual se asocia al desarrollo posterior de Alzheimer.
Además que cuando no se duerme bien o hay problemas de insomnio, en el cuerpo se estimula la producción de una proteína conocida como amiloide, la cual es un indicio del Alzhemer y la pérdida de memoria.
Estimular la materia gris
Crucigramas, sopa de letras, clases de música o aprender un nuevo idioma, son algunas recomendaciones a realizar para mantener el cerebro activo y “ejercitado”, ya que los efectos del aprendizaje protegen al cerebro con décadas de anticipación.
De acuerdo a una investigación realizada en el Instituto Karolinska, en Suecia, a 7 mil adultos mayores, demostró que aquellos que desde los 10 años de edad habían tenido buenas calificaciones, poseían un riesgo menor de padecer demencia.
Esto se debe al que el aprendizaje y los pensamientos complejos fortalecen las conexiones de las células nerviosas, lo que refuerza al cerebro haciéndolo más resistente antes de que se aprecien síntomas significativos del Alzheimer.
Moverse
Realizar una actividad física, no solo beneficia al cuerpo reduciendo la presión arterial, previniendo la diabetes o el colesterol alto, sino que también beneficia a la mente, ya que enfermedades como estas, aumentan el riesgo de desarrollar deterioro de la memoria.
Un estudio realizado a 3 mil 200 adultos jóvenes, que fueron estudiados por 25 años, demostró que aquellos con menos actividad y condición física poseían peores habilidades cognitivas en la edad media, en comparación a los que se ejercitaban.
Evitar el estrés y la soledad
Aquellas personas que se sienten solas o que se deprimen después de la juventud, aceleran más el deterioro cerebral, de acuerdo a un estudio realizado a 8 mil adultos mayores, por lo que no olvide de vez en cuando salir y divertirse con sus amigos, hijos u otros familiares.
Otro factor que debilita el cerebro es el estrés, aunque no solo es el estrés en sí, sino la manera en qué cada persona lo asimila y lidia con este. Por lo que mantener la cabeza ocupada en situaciones estresantes prolonga el dalo a las células cerebrales.
En estos casos se recomienda despejarse si se siente muy tenso, dar una caminata o cambiar de actividad sin pensar en qué lo mantiene tenso, ayudará significativamente a su memoria.
Dieta saludable
Comer más frutas y verduras, así como reducir las cantidades de grasas y azúcares, ayuda a mejorar la circulación sanguínea sobre todo en el cerebro, ya que permite mayor oxigenación de este órgano.
Enfermedades relacionadas a la obesidad como la diabetes tipo 2, también se vinculan al riesgo de desarrollar trastornos mentales como la demencia durante los últimos años de vida. Mantener una dieta saludable también mejora la capacidad de prestar atención, organizarse mejor y hacer varias tareas al mismo tiempo, explica el doctor Lipton.
Con información de Huffington Post