Ma Kettle, la perrita con artritis que conmovió a los usuarios de redes sociales luego de caminar casi 50 kilómetros para volver a su casa en Kansas, Estados Unidos. Fue rechazada por su antigua familia, pero volvió a impactar a los cibernautas con la noticia que ya tiene una nueva dueña. Se trata de Helen … Continued
Ma Kettle, la perrita con artritis que conmovió a los usuarios de redes sociales luego de caminar casi 50 kilómetros para volver a su casa en Kansas, Estados Unidos. Fue rechazada por su antigua familia, pero volvió a impactar a los cibernautas con la noticia que ya tiene una nueva dueña.
Se trata de Helen Rosburg, una empresaria heredera de una gran fortuna en Estados Unidos, quien luego de conocer la historia de Ma Kettle se enamoró de ella. Rosburg, de 65 años, y quien recientemente había perdido a su perro labrador, se comunicó con su personal para rescatar a la perra del Refugio de Animales del Condado de Chautauqua en Sedan, Kansas.
A las 4 de la tarde el jueves 31 de julio, sus asistentes Chet Ragsdale y Barbara DiCioccio abordaron un avión para recoger a Ma Kettle y regresaron alrededor de las 10 de la noche. La perra de avanzada edad había sufrido.
La dueña anterior de Ma Kettle, quien la llamaba “Lady”, murió en 2012 por lo que se quedó sin hogar. Tiempo después fue adoptada por el Refugio de Animales del Condado de Chautauqua, en Kansas, pero luego fue regalada de nuevo por no llevarse bien con un nuevo cachorro.
Se escapó de su tercera casa y se le devolvió a la familia, pero su viaje terminó con su regreso al refugio, y pronto se anunció que buscaban a alguien que la adoptara.
Desde entonces, la historia de Ma Kettle se hizo viral y captó la atención de Rosburg, quien ahora llevó a la perra en un avión privado a Odessa, Florida, donde vivirá en una casa de 11 mil pies, rodeada de 100 acres y donde habitan más perros rescatados.
Un voluntario en el refugio de animales, quien pidió anonimato, dijo a The Huffington Post que la perrita de cara gris parecía entusiasmada por su nuevo viaje, después de que su último viaje con una familia terminara mal. “Se subió al avión sin problemas”, dijo el voluntario. “Simplemente se acercó, moviendo la cola rápido y feliz”, explicó.
Con información de Sinembargo.mx
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