
Un grupo de piratas informáticos peruanos se ha infiltrado a las redes de las fuerzas armadas y la policía de su país, así como de otras agencias gubernamentales en Argentina, Colombia, Chile y Venezuela, bloqueándolas y extrayéndoles datos delicados para lucir su destreza cibernética y apuntarse puntos políticos. Ahora el equipo que se hace llamar … Continued
Un grupo de piratas informáticos peruanos se ha infiltrado a las redes de las fuerzas armadas y la policía de su país, así como de otras agencias gubernamentales en Argentina, Colombia, Chile y Venezuela, bloqueándolas y extrayéndoles datos delicados para lucir su destreza cibernética y apuntarse puntos políticos.
Ahora el equipo que se hace llamar LulzSecPeru ha creado un escándalo político nacional.
Los correos electrónicos robados por los intrusos a la red del Consejo de Ministros Peruanos y divulgados en internet el mes pasado desataron acusaciones de que altos ministros del gabinete han actuado más como cabilderos industriales que como servidores públicos. Eso ayudó a precipitar una moción de censura la semana pasada a la que el gabinete apenas pudo sobrevivir.
Los piratas, que se describen a sí mismos como dos hombres jóvenes, integran una versión local y compacta del colectivo de intrusos cibernéticos LulzSec, con sede en Estados Unidos y Gran Bretaña, que agrupa a piratas conocidos como de “sombrero negro”, los cuales violan la seguridad de las computadoras simplemente por superar un reto, o también para obtener ganancias personales..
“Nosotros estamos metidos en todo. No hay límites en el hacking [piratería informática]”, alardeó uno de los dos, apodado Cyber-Rat declaró a la prensa mediante un mensaje cifrado de Twitter.
Cyber-Rat dijo tener 17 años y que dejará la piratería antes de convertirse en adulto con el fin de evitar ir a la cárcel. Se encarga del manejo en las redes sociales, cultiva la relación con los activistas del grupo Anonymous que ayudan a dar publicidad a los logros de LulzSecPeru y admite tener una tendencia “al narcisismo”.
Su socio lleva el apodo de Desh501, dice tener entre 19 y 23 años y ser estudiante universitario.
Desh es el experto tecnológico, y es más reservado.
“Soy muy cerrado. No tengo amigos hackers (piratas informáticos) en persona, sólo virtualmente”, escribe.
Ambos dicen ser autodidactas. Cyber-Rat indicó que comenzó a programar a los 8 años, mientras que Desh empezó a los 6.
Cyber-Rat mencionó que su labor de piratería “es una búsqueda del éxtasis de hacer algo sin precedentes”, avergonzando a administradores que dicen que sus redes son a prueba de todo.
Desh dijo estar motivado por objeciones a “1. el abuso de poder”, y “2. la falta de transparencia”.
Es evidente que algunas de sus acciones están impulsadas por móviles políticos. Alteraron el cibersitio de la mina de cobre Antamina en 2012, ubicada en Perú, después de que una tubería de ese consorcio multinacional se rompió, lo que derivó en que enfermaran decenas de personas.
Desh indicó que también retienen el acceso a la fuerza aérea chilena, de la que el mes pasado retiraron documentos delicados sobre compra de armas, los cuales colocaron en internet. Dijeron que se trataba de una represalia por el hecho de que Chile hubiera espiado a la fuerza aérea peruana en un caso que salió a la luz en 2009.
Los piratas cibernéticos, que proporcionaron como muestra de sus logros documentos que dijeron haber obtenido en una de sus intromisiones a sitios de Venezuela, dicen que ni se enriquecen ni hacen daño con sus proezas.
Pero muchos creen que LulzSecPeru sí hizo daño al ingresar a la red de la compañía que maneja el principal dominio de Perú. En octubre de 2012, el grupo colocó en internet una base de datos con miles de nombres, números telefónicos, direcciones de correo electrónico y contraseñas de sitios afectados, incluidos bancos, compañías de seguridad, el buscador Google… de todos los dominios que concluían con “.pe”.
Desh dijo que Rat lo hizo sin consultarlo.
“Ese día casi lo mato”, se quejó.
Las autoridades peruanas consideran a LulzSecPeru como un grupo de piratas cibernéticos y dicen que sus miembros podrían enfrentar hasta ocho años de cárcel bajo el nuevo estatuto de delitos cibernéticos de Perú. Pero primero deben ser capturados, y expertos independientes de seguridad dicen que la capacidad técnica de la policía cibernética peruana está muy por debajo de la de ellos. La primera acción de LulzSecPeru que lo arrojó a la fama fue penetrar la red de dicha policía a principios de 2012.
Con información de AP