
La decisión de sacrificar a Excálibur, el perro de 12 años de la enfermera española infectada por ébola, se debió a que España no cuenta con condiciones de bioseguridad para aislarlo. “Había que sacrificar al perro. Lo ideal habría sido trasladarlo en condiciones de bioseguridad, cosa que no tenemos en España, ponerlo en observación, esperar … Continued
La decisión de sacrificar a Excálibur, el perro de 12 años de la enfermera española infectada por ébola, se debió a que España no cuenta con condiciones de bioseguridad para aislarlo.
“Había que sacrificar al perro. Lo ideal habría sido trasladarlo en condiciones de bioseguridad, cosa que no tenemos en España, ponerlo en observación, esperar 21 días y darle el alta, pero no tenemos instalaciones apropiadas en España para dejar al animal”, explicó José Manuel Sánchez Viscaíno, médico veterinario.
José Manuel Sánchez, fue uno de varias autoridades sanitarias consultadas antes de que se tomara la decisión de sacrificar al perro con sospecha de infección de ébola.

Alemania y Estados Unidos son los únicos países que cuentan con un animalario de nivel 4. Este tipo de instalaciones cuentan con una entrada a través de división, dobles filtros con una eficiencia para capturar virus y bacterias de más del 99.99 por ciento cada uno, presión negativa con respecto a la atmósfera para que no se salga el aire, incineradores para la destrucción de animales muertos en el lugar de trabajo, trajes con oxígeno, y duchas químicas para desinfectar.
“Desde el punto de vista de la bioseguridad, sacrificar al perro fue la mejor decisión, dura y triste, pero no quedaba otra opción. No se podía correr el riesgo de que se infectaran dos cuidadores y tres veterinarios”, argumentó Sánchez Viscaíno.
El médico veterinario consultado es catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense de Madrid, fundador y diseñador del primer laboratorio de alta seguridad biológica, sus investigaciones han servido para acercarse a la erradicación de peligrosas enfermedades animales como la peste equina, la peste porcina africana, y la peste porcina clásica. “Curar a ese animal, con ese virus, habría sido lo mejor de mi vida, pero si no tienes los medios, no puedes arriesgarte”.
Con información de El País.