La venta de discos “piratas” o ilegales ya no es un negocio rentable ante la cada vez más creciente descarga de música a través de plataformas digitales. Los bajos precios y la poca ganancia económica que de ellos se obtiene, obligan a los comerciantes a buscar otro tipo de ingresos como la “piratería” de programas … Continued
La venta de discos “piratas” o ilegales ya no es un negocio rentable ante la cada vez más creciente descarga de música a través de plataformas digitales.
Los bajos precios y la poca ganancia económica que de ellos se obtiene, obligan a los comerciantes a buscar otro tipo de ingresos como la “piratería” de programas computacionales.
“Hace 10 años que empecé en el negocio porque mi papá nos mantenía de esa actividad desde 1996 con la venta de cassettes piratas de Fey, Enrique Iglesias, Sentidos Opuestos y mucho rock en español. Cuando llegó el disco compacto también le entramos y vivíamos bien, pero ahora ya no deja”, relató Andrés Gómez, expendedor de ese tipo de productos en la Ciudad de México.
A mediados de los 90, recordó, el cassette lo comercializaban en cinco pesos y cuando salió el CD llegaron a venderlo hasta en 70 pesos con estuche transparente, copia a color del arte, nombre del artista grabado en el disco, calado en el aparato reproductor y con 15 días de garantía.
“Después le bajamos a 50, luego a 30 pesos, sobre todo si eran de artistas internacionales. Y ya más tarde nos mantuvimos en 20 pesos todo parejo.
“Ahora el MP3 lo damos en 15 pesos y el álbum normal en 10, pero ya sin su empaque, sólo bolsa de celofán, arte fotocopiado, sin grabado de letras y sin probar, pero si les sale mal, se los cambio”, explicó en entrevista con Notimex.
Para animar al cliente que duda de la calidad de su producto, Andrés ofrece que en la compra de tres discos de 15 pesos, el cuarto es gratis y a escoger. “Porque también la gente busca promociones”, dijo.
Su puesto de discos lo tiene sobre el Eje Central del Centro Histórico de esta ciudad. Comienza a montarlo desde las 10 de la mañana y recoge como a las 7 u 8 de la noche, según la venta. Pero cuando hay concierto en el Auditorio Nacional, termina temprano para trasladarse a Reforma y buscar espacio de entre todos los vendedores ambulantes.
“Vamos al día con la cartelera. Si vienen varios conciertos de Alejandro Fernández o de Luis Miguel, por ejemplo, mandamos a pedir varias copias en Tepito para surtir toda la semana.
“El material tiene que ser sobre lo más nuevo que haya grabado el cantante, su discografía completa en MP3 hasta con 300 temas y algunos de sus discos más vendidos”, indicó.
Si el público sale emocionado y satisfecho del concierto, buscará el DVD para llevarse un recuerdo lo más cercano o parecido a lo que acaba de ver en el escenario.
“Para eso también tenemos listo el combo de MP3 más DVD por 40 pesos o el último disco y DVD del ´show´ por el mismo precio o de a 35 pesos para que ya se lo lleven. Hay compañeros que incluso lo hacen más atractivo con la pluma o taza de regalo”.
Sin embargo, aún con todos los agregados, combos u obsequios, el disco se vende poco.
“Yo no lo fabrico, lo compro hecho en Tepito y le gano como cinco ó tres pesos a cada uno. Es simbólico, por eso he pensado en vender programas computacionales, esos dejan más dinero, aunque también hay que saberle a la computación para venderlo”, apuntó Andrés.
Sus principales consumidores son los adolescentes de nivel secundaria o las personas adultas que buscan a sus artistas del recuerdo.
“Los jóvenes no compran porque lo descargan gratis o pagando en las plataformas de Internet; sin embargo, para atraerlos hacemos un compilado de los éxitos más sobresalientes del momento y así les ahorramos bajar canción por canción del Internet sobre sus artistas favoritos”.
Hace 10 años, las ganancias de Andrés Gómez eran de mil o mil 500 pesos diarios, ahora obtiene 300 ó 500 pesos si le va muy bien.
En Tepito, dijo, los discos normales se venden hasta de tres por 10 pesos, pero la calidad es mala. El material se raya fácilmente, es muy delgado y se rompe o hasta se derrite si estuvo mucho tiempo expuesto al sol.
“Yo busco venderles calidad para que regresen, pues me gusta mantener a mis clientes cautivos y tenerles listos todos los estrenos musicales, en inglés y en español”, concluyó.
Con información de Notimex
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