
En países de Europa los cajeros automáticos (ATM por sus siglas en inglés) han implementado la tecnología de identificación de los usuarios a partir de sus datos biométricos. A partir de la lectura de las venas del dedo, el usuario podrá retirar efectivo, consultar su saldo o realizar transferencias sin necesidad de emplear tarjetas o … Continued
En países de Europa los cajeros automáticos (ATM por sus siglas en inglés) han implementado la tecnología de identificación de los usuarios a partir de sus datos biométricos.
A partir de la lectura de las venas del dedo, el usuario podrá retirar efectivo, consultar su saldo o realizar transferencias sin necesidad de emplear tarjetas o Número de Identificación Personal (NIP) como actualmente ocurre.

“Las contraseñas han sido por mucho una parte integral y aceptada en las transacciones de los usuarios. Reemplazarlas con alternativas biométricas como huellas de los dedos provee mayor seguridad, sin embargo no elimina por completo los riesgos de caer en la ciberdelincuencia”, según Matt White, gerente senior de KPMG en la práctica de ciberseguridad.
La primera red de cajeros biométricos fueron instalados en Polonia en 2014, a través de ITCARD, un proveedor de servicios bancarios en ese país.
La red estaba conformada por dos mil máquinas que a través de la tecnología de reconocimiento de venas en el dedo, una tecnología desarrollada por Hitachi Europe.