
Un australiano organizó una movida fiesta, con desconocidos, en un vagón del metro. Peter Sharp organizó con ocho amigos una fiesta en un vagón del metro de Perth, Australia, en donde ataviado de un esmoquin y corbata de moño puso a bailar a propios y extraños. “Oigan, chicos, no quiero dinero”, comenzó a decir el … Continued
Un australiano organizó una movida fiesta, con desconocidos, en un vagón del metro.
Peter Sharp organizó con ocho amigos una fiesta en un vagón del metro de Perth, Australia, en donde ataviado de un esmoquin y corbata de moño puso a bailar a propios y extraños.
“Oigan, chicos, no quiero dinero”, comenzó a decir el australiano, al tiempo que ponía una grabadora en el suelo del vagón. “Sólo quiero contagiar un poco de felicidad. Así que voy a hacer eso hoy empezando un pequeño baile”.
Y así, al ritmo de I Feel Good de James Brown, le sacó brillo a la pista, o más bien, al metro.
Uno a uno los demás se unieron al baile, incluyendo una señora de 60 años que exclamó, de acuerdo a Sharp, “¡esto es genial!, ¡Hagan esto más seguido!”.
No es la primera vez que este joven hace algo similar. Ya ha dado abrazos gratis en público, ha estado en medio de una plaza con los ojos vendados, y hasta organizó un flashmob en una fuente pública.
Y no acaba aquí.
La idea, dice, es que aprovechemos el tiempo en los trenes, o en los autobuses, o cualquier momento para comenzar una conversación y hacer más ameno el día tanto para nosotros mismos como para alguien más, y compartir la felicidad de cada uno.
¿Cómo ve?
Con información de Huffington Post