Sin embargo, en días recientes el tabasqueño literalmente se le fue a la yugular a un adversario al que no sopesó en su justa dimensión
* La Iglesia católica le demostrará a AMLO que no son hipócritas ni apergollados
* La señora Sheinbaum ya se siente la Presidenta pero no puede con la CDMX
* No agradó a demócratas y republicanos que se metieran con la Estatua de la Libertad
REGANDO FEO EL TEPACHE.- Acostumbrado a arremeter contra todos los que no coinciden con él (los insulta, los descalifica, los acusa y se burla de ellos) el Presidente Andrés López Obrador, desde el inicio de su gestión, la cual finaliza ya dentro de 23 meses, se ha valido de sus conferencias mañaneras para llevar a la hoguera inquisidora a prácticamente todos los que considera sus detractores. Los ha anulado, los ha minimizado, los ha destruido… pero sobre todo, los ha invisibilizado ante los ojos de aquellos que en las encuestas lo consideran “el Presidente con mayor aceptación” o “el Presidente más popular” en la historia de México. Sin embargo, en días recientes el tabasqueño literalmente se le fue a la yugular a un adversario al que no sopesó en su justa dimensión. Se trata de la Iglesia católica, la cual reaccionó enérgicamente tras los asesinatos de los padres jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar en Urique, Chihuahua, el pasado 20 de junio. Desde la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) su secretario general, monseñor Ramón Castro Castro, se le extendió al Primer Mandatario la sugerencia de que implemente un cambio en su estrategia de seguridad. Le pidieron sensibilizarse y que en nombre de Dios detuviera tanta maldad y odio. Pero la respuesta desde Palacio Nacional fue grosera y arrogante: López Obrador los señaló de hipócritas, apergollados y amnésicos *** Pero algo sucedió durante el pasado fin de semana, porque que ayer el Presidente, desde su conferencia mañanera, salió decidido a matizar la afrenta señalando que los conservadores y los neoliberales metieron cizaña entre el Ejecutivo y los religiosos, pero que él está en excelentes términos con la Iglesia. ¡Sí, cómo no! El daño ya está hecho y el episodio de ayer sólo demuestra una cosa: López Obrador intentó recular purque sabe que la factura que pagará en el 2024 por este exabrupto será muy, pero muy alta. Sí, su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) -por cierto, se llama así para apelar a la conciencia de los católicos valiéndose de la imagen de la Virgen de Guadalupe- lo llevó a Palacio Nacional en 2018 con 30 millones de sufragios, pero el músculo de la Iglesia católica en el país es muchísimo más robusto que el del partido del Presidente: 77.7% de los mexicanos son católicos, esto en números redondos arroja a 98 millones de personas. Alguien debió aconsejar atingente y asertivamente al Presidente antes de que cometierra este error garrafal. Porque una cosa es insultar a los empresarios, a los abogados, a los niños con cáncer o a los universitarios, y otra muy distinta es faltarle al respeto a los católicos
YO NO CHOQUÉ… ME CHOCARON.- De pena ajena el argumento de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, tras el enésimo incidente que registra el Sistema de Transporte Colectivo Metro desde que ella tomó las riendas de la capital del país. Ahora resulta que las explosiones que se registraron ayer lunes en la Línea 2, entre las estaciones Xola y Villa de Cortés, bien pudieron tratarse de un acto de sabotaje. ¡En la torre!, nada más faltó que dijera que se trató de un compló en su contra. Obviamente, como buena discípula del Presidente Andrés López Obrador (no por nada es una de sus “corcholatas” consentidas), la titular del GCDMX se sabe al derecho y al revés todo el manual de excusas y justificaciones; por lo tanto, cuando algo malo llega a suscitarse en la Ciudad de México la responsabilidad se le debe achacar a otros y que todo se trata de ataques opositores encaminados a distraerla de su actividad principal: Andar placeándose por todo el país como pre-pre-pre-precandidata morenista a la Presidencia de la República para el 2024. Lo cierto es que urge que se auditen todos los recursos que anualmente se le inyectan al Metro, porque es imperativo que se conozca en qué se están aplicando éstos, porque queda muy claro que no es para mantenimiento. El gusano naranja se está cayendo a pedazos y en muchos sentidos está convertido en una trampa mortal para sus usuarios. Priorice, doña Claudia: ¿La CDMX o su campaña?
ENOJO MAYÚSCULO.- Se acerca el día en que el Presidente Andrés López Obrador visite a su homólogo estadunidense Joe Biden en la Casa Blanca y en Washington se dice que ya le tienen acumulados sus guardaditos al tabasqueño, pues hay muchas cejas levantadas porque ya son varias las ocasiones en que se ha utilizado el nombre de los Estados Unidos en las conferencias mañaneras para generar distractores mediáticos. Editorialistas y opinólogos destacan que a muy pocos les cayó en gracia que López Obrador utilizó durante semanas el amago de su no participación a la IX Cumbre de las Américas que se realizó del 6 al 10 de junio pasado en Los Ángeles, California, cuando de antemano tenía decidido no asistir. Y ayer, en plena celebración del Día de la Independencia de nuestros vecinos del norte, la propuesta de AMLO por encabezar una campaña para proponer el desmantelamiento de la Estatua de la Libertad, que se encuentra en Nueva York, volvió a poner en alerta al Capitolio, pues muchísimos legisladores (demócratas y republicanos) le exigirán esta misma semana a Biden que le demande una explicación a López cuando éste realice visita.
¿QUÉ SE FUMÓ?- El gabinetazo obradorista siempre “da nota”. Ahora fue el Secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela, quien desde su improvisada homilía en Palacio Nacional señaló, con respecto a la iniciativa presidencial para anular el llamado “Horario de Verano”, que debemos volver al reloj de Dios. What???!!!
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