Sale Reyes Mondragón del TEPJF; en su lugar se quedará Mónica Soto, incondicional de AMLO; El Presidente López Obrador no quiere dejar cabos sueltos de cara a la elección del 2024; El morenismo ha logrado infiltrar a sus ‘caballos de Troya’ dentro de los órganos autónomos
ALERTA ROJA.- Cualquiera que se haya tragado el sainete de que el Presidente Andrés López Obrador buscaba desaparecer a los órganos autónomos para concretar su tan anhelado plan “B” para asegurar la continuidad de su 4ª Transformación, déjeme decirle que cometió un error garrafal. De párvulos. De novatos. Nada de eso. Y aunque en el falso termómetro de las redes sociales muchas voces opositoras siguen insistiendo con la cantaleta de que esa es la verdadera intención del tabasqueño, la realidad nos dice otra cosa: No hizo, ni hace y ni hará falta que entes como la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) sean desaparecidos, aniquilados y demolidos. No hay necesidad de tanta maldad. Basta con dejarlos cojos operativamente hablando, con la ayuda y complicidad del Poder Legislativo, como ha ocurrido con el INAI (que lleva todo lo que va del presente sexenio trabajando con plantilla incompleta) o simplemente infiltrándolos con incondicionales que, a la usanza de los “caballos de Troya”, cumplen con las órdenes que a larga distancia les son enviadas desde Palacio Nacional. Ahí tienen al INE, con la señora Guadalupe Taddei Zavala (quien, por cierto, tiene a toda su familia colgada de la teta del erario), que para todo sólo sabe responder “sí, señor Presidente, lo que usted diga) y a la dizque ombudswoman Rosario Ibarra Piedra, quien vive permanentemente sentada en la omisión y la opacidad. Aunque el caso más escándaloso es el referente a la Corte, con las ministras Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf y el ex ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea jurándole y profesándole abiertamente su amor eterno a la cuatroté. ¡Vergonzoso!
AL ACECHO.- Ahora toca turno de bombardear y debilitar al Tribunal Electoral, pues hace falta someter y controlar al segundo componente del árbitro electoral (el otro es el INE) de cara a la elección del año próximo. Por eso es que el Presidente López Obrador y Morena ya están moviendo los hilos -¿verdad, Sergio Gutiérrez Luna?- para defenestrar al magistrado presidente Reyes Rodríguez Mondragón, a quien ya le pusieron la bota en el cuello para que deje su puesto a partir del 1° de enero de 2024 y así poder encumbrar a Mónica Aralí Soto Fregoso dentro del organigrama del TEPJF para cerrar la pinza y asegurar que el obradorismo no tendrá obstáculo alguno para asegurarse el triunfo (a la buena o a la mala). Obviamente, al igual que la consejera presidenta del INE (Guadalupe Taddei), la señora Soto asegura que es una funcionaria recta e imparcial, pero en su proceder hay evidencias contundentes que la vinculan cercanamente con varios personajes morenistas y eso, de entrada, ya representa un conflicto de interés. El chiste es que a menos de seis meses de que millones de mexicanos acudamos a las urnas para elegir a nuestra próxima presidenta (la primera en nuestra historia) ya se respira en el aire que los dados están más que cargados.
GENIO Y FIGURA.- Martí Batres Guadarrama sigue interpretando el único papel que se sabe, el de porro. Ahora, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México amenazó a los diputados capitalinos que voten en contra de la ratificación “fiscala carnala” Ernestina Godoy Ramos al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX). Alguien debería decirle a este señor que los buenos políticos se caracterizan por su solvencia a la hora de negociar. Aunque la realidad es que hay maderas que no agarran el barniz…
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