En la declaración anual se verá el efecto de la eliminación del régimen de consolidación fiscal de las empresas. Hoy será un día en que muchos mexicanos habrán de recordar, quizá no con mucho cariño, a todos aquellos legisladores que aquel 31 de octubre del 2013 aprobaron lo que insisten en llamar reforma fiscal. Hoy … Continued
En la declaración anual se verá el efecto de la eliminación del régimen de consolidación fiscal de las empresas.
Hoy será un día en que muchos mexicanos habrán de recordar, quizá no con mucho cariño, a todos aquellos legisladores que aquel 31 de octubre del 2013 aprobaron lo que insisten en llamar reforma fiscal.
Hoy que tantas personas físicas, muy al estilo mexicano de dejar todo al final, se truenan los dedos para presentar antes de la media noche su declaración anual de impuestos con todo y las nuevas limitantes para deducir y obtener los resultados de otros ejercicios fiscales anteriores.
Pero estos impuestos (que eso son imposiciones) hoy llevan a la autoridad fiscal a que se les escape una sonrisa. Eso sí, una mueca discreta que no enoje a los presionados contribuyentes.
Y es que desde el año pasado se dejaron sentir los efectos positivos para las finanzas del apretón fiscal. Un efecto que sin duda fue negativo para el desempeño económico porque sí ralentizó el crecimiento y cambió incluso muchos hábitos de consumo derivados de los nuevos gravámenes.
Hay sectores que no se han podido levantar del palo impositivo que recibieron desde enero del año pasado, como los fabricantes de bebidas y productos de alto contenido calórico. En la frontera norte siguen sobándose del aumento de 50% en la tasa de IVA. Y ahora llegó la hora de continuar la cosecha impositiva con el pago de los impuestos anuales del ejercicio fiscal 2014, el primero tras el paquetazo fiscal.
Hay que esperar los datos de hoy de las declaraciones de las personas físicas, pero los datos preliminares que tiene la autoridad fiscal hablan de un aumento de más de 28% en el número de declaraciones presentadas con respecto del año pasado.
Hay una masiva incorporación de informales al sistema tributario. Existe esa consideración parecida al miedo a la autoridad fiscal y de paso ha funcionado esa campaña, curiosamente cercana al día de las elecciones, en que el gobierno promete regresar los saldos a favor de los que presenten a tiempo sus declaraciones.
Pero el champán que están a punto de destapar en las oficinas del Servicio de Administración Tributaria y en las de la Secretaría de Hacienda será cortesía de la publicación hoy de los datos de ingreso, gasto y financiamiento público de marzo, donde se reflejará el profundo impacto fiscal en las empresas tras su presentación de la declaración del 2014.
Lo primero que vamos a ver es que el rubro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios que se cobra a las gasolinas empieza a dejar un excedente importante. Lo que durante años ha sido pérdidas ahora implica ingresos extraordinarios para cubrir la baja en los precios del petróleo, cortesía de los automovilistas.
Pero lo que sin duda jalará los reflectores será el chipote de ingresos que se ha provocado con la eliminación del régimen de consolidación fiscal y el proceso de desconsolidación en el que han entrado las empresas.
Un pico de cientos de miles de pesos que será único, pero por demás oportuno ante la actual coyuntura.
Será la comprobación para el gobierno federal de que la absolutamente perfectible reforma fiscal que emprendieron como añadidura a la reforma energética fue positiva para su causa en estos tiempos de baja en los ingresos petroleros.
Para todos los demás, los cambios fiscales corren de las lágrimas a los insultos y las lamentaciones.
Minuto a minuto
