Solo falta el aval del Parlamento Europeo y que la mayoría de los Estados miembros del Consejo respalden ambos proyectos. La reticencia de los productores agrícolas, principalmente en Francia, tendrá consecuencias
Paradojas arancelarias: la Unión Europea ahora está dispuesta a firmar tratados comerciales con los países del Cono Sur latinoamericano y a ampliar sus lazos comerciales con México, ante las condiciones imperantes en la economía global.
Lástima que los técnicos en el gabinete de Claudia Sheinbaum haya enfocado casi por completo sus esfuerzos en las negociaciones con la administración Trump. De la disposición de Úrsula Von der Leyen para concluir y firmar el acuerdo de asociación comercial con el Mercosur, por un lado, y un “tratado global modernizado” entre la UE y México no cabe duda.
Solo falta el aval del Parlamento Europeo y que la mayoría de los Estados miembros del Consejo respalden ambos proyectos. La reticencia de los productores agrícolas, principalmente en Francia, tendrá consecuencias.
México abrirá su mercado a las exportaciones de la Unión Europea pero también reforzará el compromiso con el desarrollo sostenible, la lucha contra la delincuencia, la migración y la igualdad de género. Promueve y protege los derechos humanos, el multilateralismo y la seguridad, y facilita la cooperación estratégica en cuestiones clave como la reducción de los riesgos de las cadenas de suministro, la garantía del suministro de materias primas esenciales y la lucha contra el cambio climático.
Una versión 2.0 del acuerdo firmado entre México y la UE en el año 2000. La UE exporta cada año a México bienes y servicios por valor de más de 70,000 millones de euros en virtud del acuerdo comercial vigente, lo que supone el sustento de más de 630,000 puestos de trabajo en la UE.
México es un país importador neto de alimentos, por lo que el acuerdo beneficiará enormemente a los exportadores agrícolas de la UE. El acuerdo modernizado entre la UE y México eliminará los aranceles prohibitivos que aún gravan las exportaciones agroalimentarias de la UE a México, como el queso, las aves de corral, la carne de cerdo, la pasta, las manzanas, las mermeladas, el chocolate y el vino.
La eliminación de estos aranceles, que actualmente alcanzan hasta el 100 % en determinadas exportaciones de la UE, hará que los productos agrícolas de la UE sean mucho más competitivos en México. Además, la simplificación de los procedimientos permitirá a los exportadores agroalimentarios vender sus productos en el mercado mexicano de forma más rápida y económica. El acuerdo también amplía la protección contra las imitaciones a 568 productos alimenticios y bebidas europeos tradicionales emblemáticos de alta calidad (indicaciones geográficas).
El acuerdo modernizado México-UE proporcionará un acceso crucial a materias primas esenciales, lo que beneficiará a industrias estratégicas en el Viejo Continente ya que México es uno de los principales proveedores de fluorita (utilizada en una amplia variedad de procesos químicos, siderúrgicos y cerámicos), bismuto (utilizado en productos farmacéuticos y cosméticos) y antimonio (utilizado, por ejemplo, en retardantes de llama, baterías de plomo-ácido, vidrio y cerámica).
“Nuestros acuerdos con Mercosur y México son hitos importantes para el futuro económico de la Unión Europea”, valoró Von der Leyen, “estos acuerdos consolidarán nuestra posición como el mayor bloque comercial del mundo”.
“Europa necesita más que nunca alianzas con socios de confianza, en el complejo contexto geopolítico actual”, dijo por su parte Kaja Kallas, vicepresidenta de la Comisión Europea y alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. “Estos acuerdos aportan estabilidad a un mundo marcado por la incertidumbre; refuerzan nuestra asociación estratégica y nuestra cooperación política, y mejoran nuestros lazos históricos con los países latinoamericanos”.
