La presidenta Sheinbaum ha conseguido establecer una “relación cordial” con Trump (si es que eso se puede), sin engancharse en las bravatas del inquilino de la Casa Blanca
El pasado domingo la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó en el Zócalo de la Ciudad de México una concentración que, en un principio, iba a ser para anunciar las medidas con las que se iba a hacer frente a los aranceles impuestos por Donald Trump. Sin embargo, luego que el pasado día 13 de marzo el mandatario estadounidense “decidiera magnánimamente” aplazar hasta el próximo 2 de abril la entrada en vigor de las medidas impositivas, el mitin, como dicen los abogados, se quedó sin materia.
Si la sombra de los aranceles se alejó por unos días, pues no tenía caso anunciar la estrategia con la que iban a ser enfrentados. No obstante, el gobierno transformó el evento en un festival. Pero, con todo el respeto que merece el gobierno, ¿qué había que celebrar? El inquilino no de la Casa Blanca no eliminó los aranceles, únicamente los aplazó al 2 de abril.
¿El festival fue para celebrar que la presidenta es buena negociadora? No me atrevería a “pichicatear” las cualidades negociadoras de Sheinbaum, pero viendo las cosas fríamente, la mandataria no ha conseguido algo diferente, a lo que Donald Trump ha concedido a Canadá, porque también al país de la hoja de maple le aplazó los aranceles hasta abril.
Pero con todo esto de te quito y te pongo los aranceles, el presidente Trump le está haciendo a Sheinbaum, “sin querer queriendo”, el gran favor de crearle una imagen de gran negociadora, porque siendo sinceros, si él no quiere ceder, aunque le presenten argumentos bien fundamentados, sencillamente no lo va a hacer.
La presidenta Sheinbaum ha conseguido establecer una “relación cordial” con Trump (si es que eso se puede), sin engancharse en las bravatas del inquilino de la Casa Blanca. Sin embargo, es importante que comience a tender puentes con el nuevo premier canadiense, Mark Carney, para enfrentar a Estados Unidos en las futuras negociaciones comerciales, porque su mandatario es un león al acecho que en cualquier momento puede dar el zarpazo.
EN EL TINTERO
Cada día me convenzo más de que a la 4T le hace falta un buen asesor en materia de comunicación de crisis, porque en lugar de apagar incendios los hacen más grandes.
Digo lo anterior por la “distracción” de algunos personajes relevantes de la 4T, que por tomarse una foto no vieron el momento en el que pasaba atrás de ellos la presidenta. En lugar de ofrecer una disculpa en privado y, si alguien les preguntaba, responder con un “nos descuidamos”, los personajes involucrados publicaron sendos mensajes en la red social X que rozaban el terreno de la banalidad.
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