El planteamiento supone una activación de todos los instrumentos de inversión y acción económica del Estado, empezando por la banca de desarrollo, terminando por la utilización de las opciones de crédito abiertas al país
Glosé ayer la propuesta de un amplio grupo de ciudadanos proponiendo una política de deliberación y unidad ante la emergencia.
No es la única que hay en el espacio. El 28 de marzo apareció en los medios un Pronunciamiento del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo, un círculo de reflexión radicado en la UNAM desde 2009.
Sus prioridades son proteger la salud y el empleo, salvaguardar la planta productiva, mantener los servicios estratégicos y apoyar con proyectos de inversión —pública, privada y mixta— la recuperación.
La premisa del pronunciamiento es que urge un cambio en la política económica, en particular la de finanzas públicas.
“Se imponen cambios a las reglas del Presupuesto: reconsiderar los límites del endeudamiento público y aumentar el tope de requerimientos financieros del sector público por 2.6 por ciento del PIB previsto para 2020, para llevarlo hasta el límite que demanden las necesidades de intervención urgente impuestas por las nuevas circunstancias”.
El planteamiento supone una activación de todos los instrumentos de inversión y acción económica del Estado, empezando por la banca de desarrollo, terminando por la utilización de las opciones de crédito abiertas al país, sea en organismos como el Fondo Monetario Internacional, donde hay una línea por 60 mil millones de dólares, sea en el mercado de capitales privado.
Todo esto implica “abandonar la idea de que el Estado no debe contratar más deuda. Podemos echar mano de este recurso, sobre todo ahora que las tasas de interés en el mundo facilitan y hacen más económica la tarea”.
Si a algún gobierno puede venirle como anillo al dedo esta propuesta es al de Andrés Manuel López Obrador, que quiere intervenir en la economía y está hambriento de recursos.
Pero la propuesta económica incluye una meta política: poner un alto a la polarización, dar paso a “un auténtico pacto de Estado entre gobierno y sectores sociales, trabajadores y empresarios, los poderes Legislativo y Judicial, los estados de la República e incluso los municipios para deliberar y concertar las medidas inmediatas para las nuevas circunstancias” (www.nuevocursodedesarrollo.unam.mx).
Distinguidos ciudadanos firman este pronunciamiento. No buscan sentarse a la mesa, creo, solo que la mesa exista.