¿Se aventurará la presidenta Sheinbaum a invertir nuestro dinero en castillos en el aire, como construir líneas de trenes de pasajeros?
En varias ocasiones de mi vida, cuando he tenido ideas locas mis padres, hermanos y amigos me han dicho: ¡Tómate unas pastillas de “Ubicatex”! Esto para que pensara bien las cosas, replantear mi proyecto, o de plano abandonarlo si éste no tenía futuro.
Les cuento lo anterior porque en estos días detecté dos casos de políticos que necesitan una dosis de este medicamento.
La primera persona que necesita Ubicatex es la candidata ganadora de las elecciones presidenciales, Claudia Sheinbaum. Digo lo anterior porque este miércoles presentó el Plan Ferroviario con el que pretende poner en operación tres mil kilómetros de vías (para carga y pasajeros) y la construcción de tres líneas de trenes en los primeros cinco años de su administración. En una parte de la presentación, Sheinbaum señaló que iba a hablar con los actuales concesionarios de ferrocarriles para ver si les interesaba dar el servicio de pasajeros.
Lo dicho por la mujer que a partir del 1 de octubre regirá los destinos del país me hace pensar realmente en lo que se está metiendo. Sí un empresario no ve la posibilidad de obtener ganancias, al menos en el mediano plazo dirá que no, como seguramente le dirán. Para “ayudar a la patria”, tienen a sus fundaciones, sus compañías son para hacer dinero.
¿Se aventurará la presidenta Sheinbaum a invertir nuestro dinero en castillos en el aire, como construir líneas de trenes de pasajeros? ¿No será mejor terminar bien lo que ya se tiene como el Tren Maya y el Ferrocarril Interoceánico antes de aventurarse con nuevas líneas? ¿No será mejor invertir ese dinero de los ferrocarriles en seguridad y salud?
El segundo político al que le urge una dosis de Ubicatex es Alejandro Moreno, actual presidente del PRI, quien promovió una reforma a los estatutos del partido que le permitiría, en caso de resultar reelecto, quedarse al frente de la organización política hasta el 2032.
La modificación a los documentos rectores del partido trajo un aluvión de críticas, que Moreno respondió al estilo del presidente López Obrador, culpando a personajes como Francisco Labastida, Manlio Fabio Beltrones o Dulce María Sauri (el pasado), de la caída del partido.
En una entrevista, igual que AMLO, se hizo el héroe. En la conversación declaró que él, contrario a sus críticos, se quedó al frente del partido para enfrentar la arremetida del gobierno. ¿Será?
Cabe aquí la pregunta: ¿Moreno ha hecho un buen trabajo al frente del partido para aspirar a continuar cómo presidente? Yo creo que no. Bajo su manto el PRI no ha ganado nada. Cuando asumió la dirección gobernaba 12 estados, cinco años después sólo gobierna dos.
La misión de un dirigente de partido es ganar elecciones, no jugar con las estadísticas para disimular los fracasos ni usar la estructura del partido para acabar con los adversarios políticos.
Luego de escuchar a tan distinguidos políticos decir cosas “alocadas” pensé: ¿No convendrá vacunar a los políticos que van a ocupar un cargo con una dosis de Ubicatex, eso nos evitaría muchos problemas.
EN EL TINTERO
-El presidente López Obrador goza diciendo ocurrencias para agotar las aguas. Un ejemplo de ello es quitar el requisito de la experiencia para ser candidato a juez.
-Sheimbaum y AMLO se negaron a dialogar directamente con la SCJN sobre la reforma judicial. Esa soberbia.
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