Es relevante a nivel nacional porque Tamaulipas produce casi 88 por ciento del total nacional e incluso se ubica como las más importante en el ámbito internacional
La problemática de los productores de sorgo en Tamaulipas no es nueva para quienes están al frente del gobierno del Estado.
Antes, los bloqueos de agricultores se repetieron en varias ocasiones, de manera constante, y no hubo respuesta federal en gran parte por la tensión política entre los gobiernos de López Obrador y el de Francisco García Cabeza de Vaca.
Pero ahora que los gobiernos del estado y federal son del mismo color y se pregona una de las mejores relaciones personales entre el presidente de la República y el gobernador del Estado, el problema de los sorgueros no se destraba. Hoy miércoles 3 de julio cerraron carreteras otra vez.
El gobernador Américo Villarreal se comprometió a gestionar ante las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Rural y Segalmex que se establezca un precio de garantía para la tonelada de sorgo y se aplique un subsidio compensatorio por las inminentes pérdidas que habrá en el actual ciclo agrícola este año, las cuales se calculan en alrededor de 6 mil millones de pesos.
Más nada… ninguna respuesta ha habido y es factible que ni la haya a unos meses de que termine la actual administración federal.
El sorgo es un cultivo importante para la economía de Tamaulipas, el de mayor producción en la agricultura en la entidad.
Es relevante a nivel nacional porque Tamaulipas produce casi 88 por ciento del total nacional e incluso se ubica como las más importante en el ámbito internacional.
Alrededor de un millón de hectáreas de riego y temporal están destinadas a la producción sorguera en el ciclo 2023-2024.
El precio del sorgo es uno de los más volatiles en el mercado mundial de granos. El referente para el pago de la tonelada es la bolsa de Chicago.
Pero adicional a esta situación relacionada con el precio es que en Estados Unidos los agricultores reciben subsidios, lo que potencialmente puede generar acciones de dumping en caso de que se introduzca ese grano al país.
La lógica que se ha aplicado desde hace varios años es que, para evitar desvíos de los subsidios, se está apoyando de manera directa a productores de sorgo que tienen cierta cantidad de hectáreas o que producen determinado tonelaje.
Quienes poseen más terreno y producen mayor cantidad han quedado fuera de los apoyos gubernamentales bajo la bandera del combate a la corrupción, porque desde el gobierno federal se acusa que los recursos eran objeto de pago de prebendas, moches y uso distinto a la producción agrícola.
El resultado hoy en día es que se mantiene una protesta constante con cierre de las carreteras que conectan a Ciudad Victoria con Reynosa y Matamoros, a la altura de San Fernando y de Reynosa a Monterrey con los daños económicos para el transporte que ha quedado varado por varias horas.
El desden federal no sólo está en la falta de apoyo. Segalmex ni siquiera considera al sorgo como producto alimentario básico, pues la mayoría es para consumo animal, casi el 80 por ciento.
Pero al final, en la cadena alimentaria, los animales y los productos que de ellos derivan son para consumo humano. Un ejemplo es en la Comarca Lagunera donde el sorgo es clave para alimentación del ganado lechero.
La previsión es que muchos agricultores de sorgo en Tamaulipas irán a la quiebra por falta de recursos y por los endeudamientos bancarios que enfrentan y enfrentarán.
Y en vez de buscar soluciones de fondo que analicen todo el conjunto de la relevancia del sorgo en la cadena alimenticia, hay voces legislativas locales que rayan en lo ridículo.
“Si no es rentable, entonces que cambien de cultivo”, lanzó un legislador de Morena.
Actuar por consigna es lo suyo.