Es un hecho que los que llegan podrían sacudirse muchos lastres para gobernar, si es que pueden y quieren hacerlo, claro
Sólo 10% de las preocupaciones de los analistas que consulta mensualmente el Banco de México tienen que ver con factores externos, todo lo demás sucede en nuestro propio país.
No es este un momento de gran estabilidad mundial, al contrario, diversas organizaciones internacionales calculan que actualmente en el mundo hay unos 50 conflictos armados. Los más significativos son las guerras entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y Hamás, en la franja de Gaza.
Con todo, de acuerdo con la más reciente encuesta entre 40 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero que realiza mensualmente el Banco de México, de los factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica en México, sólo 10 de cada 100 respuestas son condiciones externas.
La principal es la incertidumbre cambiaria con 5% de las respuestas y después la inestabilidad política internacional, con apenas 2 por ciento.
Todo el resto son condiciones internas y básicamente la gobernanza, que concentra 56% de todas las opciones de problemas que identifican estos expertos.
Por razones más que obvias los problemas de inseguridad pública se mantenían como la principal preocupación de los analistas. Evidentemente que no hay ninguna mejora con esas condiciones de violencia, pero ahora pesó más la incertidumbre política interna.
Básicamente, el uso que quiere dar el Presidente saliente a la mayoría calificada que eventualmente habría conseguido el oficialismo es algo que preocupa a los analistas y a cualquier involucrado con los mercados financieros de México.
Esta encuesta que hace el Banco de México o las mediciones de confianza empresarial del Inegi, que, por cierto, también bajaron en junio pasado, dejan ver la preocupación de un sector reducido de la sociedad. Sin embargo, su aportación al desarrollo económico es elevado.
El mensaje que deja la encuesta del Banxico es que estos son momentos en que va a empeorar el clima de negocios, no hay un solo analista que tenga el beneficio de la duda de la mejoría.
Las expectativas que había a principios de año sobre la condición económica, cuando 94% de los encuestados opinaba que en ese momento la economía estaba mejor que un año atrás, ahora ha bajado apenas 28 por ciento.
Y sólo uno de cada 10 encuestados piensa que es buen momento para hacer inversiones en México.
No se trata de que ante un ejercicio entre 40 expertos el régimen le quiera echar la carrocería de los 35 millones de votos, porque son peras y manzanas.
Ante la evidente imposibilidad de que esto lo entienda el gobierno que ya se va, lo que queda es que los integrantes de la siguiente administración pongan en valor este tipo de respuestas y de indicadores, como las encuestas de confianza empresarial del Inegi o las encuestas entre el sector privado.
Deben aceptar, los que asumirán el poder en 90 días, que se ha perdido toda la tranquilidad que los mercados mostraron previo a las elecciones y durante esas horas posteriores al cierre de casillas, cuando se conocía el nombre de Claudia Sheinbaum como ganadora, pero no se dimensionaba la mayoría calificada del oficialismo.
Es un hecho que los que llegan podrían sacudirse muchos lastres para gobernar, si es que pueden y quieren hacerlo, claro.