Registro tardíamente la molestia de Pascal Beltrán del Río, director de Excélsior y periodista al que admiro, porque a su entender hice mía, sin citarlo, una propuesta suya sobre cómo elegir al posible candidato del frente amplio democrático o frente amplio opositor. Le digo a Pascal en buena fe que simplemente no había leído su … Continued
Registro tardíamente la molestia de Pascal Beltrán del Río, director de Excélsior y periodista al que admiro, porque a su entender hice mía, sin citarlo, una propuesta suya sobre cómo elegir al posible candidato del frente amplio democrático o frente amplio opositor.
Le digo a Pascal en buena fe que simplemente no había leído su columna, a diferencia de muchas otras de las suyas, y del buen diario que hace.
La he leído este fin de semana y debo decir que anda en el mismo rumbo que la mía, buscando un mecanismo externo, ciudadano, que organice la competencia entre candidatos y que estos sean medidos y elegidos por encuestas, luego de tres debates en distintas partes del país (“PAN-PRD: Modelo para postular”, http://bit.ly/2shE3Dx).
Las semejanzas terminan ahí. Pascal publica su propuesta el 28 de junio, y lo que se propone es cómo resolver los problemas de la alianza PAN-PRD.
La mía se publica el 5 de julio, y está pensada para la idea del frente, que incluye al PAN, al llamado cuarto polo (PRD, Movimiento Ciudadano, Mancera), a los candidatos independientes y a las personalidades y movimientos de la sociedad civil que quieran sumarse.
Pascal propone que PAN y PRD elijan un grupo de notables, una especie de Junta de Gobierno de la UNAM, que defina el programa de la alianza, entreviste a los candidatos propuestos por los partidos y elija a cinco finalistas que compitan.
Yo planteo que el Consejo ciudadano se encargue solo de organizar el proceso de inscripción abierta de candidatos, los debates entre ellos y el levantamiento de las encuestas.
En mi propuesta la agenda debe surgir no de un grupo de notables, sino de los debates mismos entre los candidatos, quienes deben entrar a la contienda habiendo hecho un manifiesto sobre cómo resolverían cinco problemas claves del país: corrupción, prosperidad y empleo, seguridad, bienestar social y estado de derecho.
Son los debates y las encuestas sucesivas las que van descartando a los candidatos hasta llevar a una final de solo dos. La gente escoge al final, en las encuestas, solo a un@.
La propuesta de Pascal y la mía son distintas, aunque responden las dos a la urgencia, que está en el aire, de un cambio claro en los usos y costumbres de la partidocracia mexicana.
Al final, nuestra coincidencia mayor, por desgracia, será probablemente negativa: ni su propuesta ni la mía servirán de mucho.
Salud, Pascal. Como decía Guillermo de Orange: hay que persistir sin esperanza.