Y, quizá, a que, en alguna parte del comunicado, con ese lenguaje que da muchas vueltas, digan que prometen ser más analíticos antes de su siguiente decisión. Nada más
El dato de la inflación de la primera quincena de este mes debería no sólo justificar un voto disidente dentro de la Junta de Gobierno del Banco de México en la decisión de política monetaria de mañana sino romper el consenso de disminuir en 50 puntos base la tasa de referencia.
Será difícil vender a los participantes del mercado aquello de que el entorno inflacionario permite seguir con el ciclo de recortes a la tasa de referencia “si bien manteniendo una postura restrictiva” cuando el Índice Nacional de Precios al Consumidor está fuera del rango del propio Banxico desde febrero pasado.
Y más cuando la inflación subyacente ha mostrado consistentes incrementos sin parar hasta su nivel actual de 4.20 por ciento.
El argumento de que la inflación había pasado su etapa de desaceleración y que se mantenía en el rango del objetivo del propio banco central está desarmado por la terca realidad. Sostenerlo entraría al terreno de los otros datos.
La inflación está aumentando con todo y que la economía muestra una clara desaceleración y no es papel de Banxico echarle la mano a Hacienda para evitar la tan temida recesión, por más que la presidenta Claudia Sheinbaum no quiera enfrentar esa condición en la economía mexicana.
La realidad es que, hasta la pasada quincena, la inflación general en México fue de 4.51% que no es muy diferente a la inflación de hace un año cuando estaba en 4.78% y que claramente está muy lejos del rango que dice defender el Banco de México.
Y en el caso de la inflación subyacente es un poco más complejo el panorama, porque aceleró su aumento durante los primeros quince días de este mes. Es más alta la inflación subyacente hasta este punto del 2025, con 4.20%, que la inflación subyacente anual de hace un año, de 4.17%, y con el subíndice de servicios por arriba de los promedios.
Sí, la Junta de Gobierno delibera en un mundo convulso, lo sabemos. Entre una reunión y otra para decidir la política monetaria el planeta vivió lo nunca visto en el Medio Oriente.
En 15 días Israel atacó Irán, Irán respondió a Israel, Estados Unidos probó sus bombas más modernas en Irán; el precio del petróleo se disparó, Irán contraatacó a Estados Unidos y el precio del petróleo se derrumbó con un repentino alto al fuego. Así la esquizofrenia global.
Bien, pues ese es el imponderable planeta donde hay que tomar decisiones y lo que toca es prudencia de banquero central con una inflación que sube y manda mensajes de que lo hace mientras en el Banxico duermen con sus decisiones tomadas bajo el brazo con mucho tiempo de anticipación.
Una baja de un cuarto de punto, por decisión dividida, podría ser un mensaje más poderoso en estos momentos.
Pero no, ante los balances que hoy tiene el órgano colegiado del banco central mexicano, parece que a lo que se puede aspirar es a un voto solitario en contra del medio punto porcentual de baja en la tasa de interés.
Y, quizá, a que, en alguna parte del comunicado, con ese lenguaje que da muchas vueltas, digan que prometen ser más analíticos antes de su siguiente decisión. Nada más.