No recuerdo bien si la vieja historia que contaré sucedió en el África salvaje o en el Amazonas. La cuestión es que una montaraz tribu atrapa a tres cazadores: uno de ellos es inglés, otro es alemán y el tercero mexicano. El jefe de la tribu les anuncia que van a morir y que con … Continued
No recuerdo bien si la vieja historia que contaré sucedió en el África salvaje o en el Amazonas. La cuestión es que una montaraz tribu atrapa a tres cazadores: uno de ellos es inglés, otro es alemán y el tercero mexicano. El jefe de la tribu les anuncia que van a morir y que con la piel de cada uno de ellos van a fabricar una canoa. Les concede una gracia: morirán con sus propias manos y con el arma o el método que ellos elijan. El inglés prefiere morir envenenado y se prepara un té al que le agrega una dosis mortal de cianuro. Muere. El alemán elige una pistola Luger 9mm. con la cual se vuela la tapa de los sesos. Por su parte el mexicano pide un picahielo. Una vez que le dan el utensilio comienza a picotearse por todo el cuerpo mientras les dice a los salvajes: “Tengan su canoa cabrones, tengan su canoa”…
Con una petición de disculpa a quienes consideren que cometo una falta de respeto, así es como quiero pensar que Margarita Zavala hizo con Ricardo Anaya cuando la ex primera dama renunció al Partido Acción Nacional y a su aspiración a la candidatura presidencial como abanderada de éste: “Toma tu frente ciudadano, cabrón -decía al tiempo que pinchaba su cuerpo con un picahielo-, toma tu frente”… y dejó su piel inservible para ser canoa-encubridora de los planes del maquiavélico chamaco queretano que, al parecer, encabezará la candidatura presidencial de esa entelequia llamada Frente Ciudadano por México.
De inmediato vino la respuesta del dirigente de Acción Nacional quien tras comentar su respeto por la decisión tomada por la ex primera dama la calificó de equivocada. Al parecer pasó por alto los picahielazos autoinfringidos, por Margarita, con el fin de perjudicar los planes anayescos (¿gandayescos?). Según su decir, al presidente nacional del panismo sólo le preocupa que con su renuncia la señora Zavala va a favorecer al PRI.
No me haga mucho caso, pero a mí la declaración de Anaya Cortés no me parece acertada. Lo más importante de la renuncia de la mujer que durante 33 años militó en el partido blanquiazul no es que favorezca al PRI —cosa que más adelante veremos—; lo preocupante, debería ser, que perjudica al PAN después del desaguisado generado por Margarita y apoyado, sino es que planeado, por Felipe Calderón.
El que debe de estar feliz por la renuncia de Margarita Zavala al PAN es Andrés Manuel López Obrador. Su más cercana competidora en las encuestas, de la noche a la mañana, se convirtió en una candidata independiente sin una organización partidista que la arrope, ni dinero suficiente —al no ser que Calderón tenga un buen guardadito— para competir con los recursos económicos y la publicidad gratuita que tienen los candidatos partidistas.
La separación de doña Margarita del partido por el que fue diputada local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (1994-1997) y diputada federal de representación proporcional en la LIX Legislatura (2003-2006) puede propiciar que miles de panistas y ciudadanos simpatizantes de esta opción política consideren votar por otras alternativas, entre ellas, el mismo PRI —y aquí es donde lo dicho por Anaya puede hacerse realidad— siempre y cuando, pienso, el candidato del Revolucionario Institucional sea José Antonio Meade, personaje que no milita en ningún partido y que fuera secretario de Hacienda y Crédito Público con Felipe Calderón, razones por las que puede congraciarse con el panismo en rebeldía.
Alguien más está al acecho. Alguien al que la acción de Margarita puede beneficiarlo. Se trata del espía profesional, exgobernador de Puebla y escritor del libro de propaganda biográfica, La Fuerza del Cambio, única publicación que se ha anunciado como si fuera un best seller, con anuncios de 100 mil pesos mensuales en varias ciudades de la república, y del que no se ha vendido ni una centena de ejemplares. Rafael Moreno Valle, quien se hizo panista al amparo y por consejo de la maestra Elba Esther, observa y espera con paciencia cualquier error del joven maravilla para dar el zarpazo.
“SOY COMO CUALQUIERA DE USTEDES”
Quiero concluir citando una parte de la semblanza que de Margarita Esther Zavala Gómez del Campo escribió Sandra Lorenzano para el libro Los suspirantes 2018 coordinado por el periodista Jorge Zepeda Patterson. “Las declaraciones de Margarita Zavala buscan mostrarla como una rara avis dentro del panorama político nacional, ajena a las acusaciones de corrupción que cubren al PAN. Comenta con Katia D’Artigues en el programa Katia 360. ‘La transparencia ayuda a cambiar las cosas, pero no evita la corrupción. Hay gente transparentemente corrupta’. Frente a esta realidad sus declaraciones parecen decir: ‘Soy como cualquiera de ustedes: estoy harta de la deshonestidad, de la falta de sensibilidad hacia los verdaderos problemas de la sociedad, de la corrupción’. ‘Soy como cualquiera de ustedes’, una más; una mujer de clase media preocupada por la realidad de nuestro país. Éste es el mensaje que ella quiere hacerle llegar al electorado. Aunque es difícil que la mexicana o el mexicano medio considere como una ‘igual’ a quien ha sido primera dama, diputada, esposa de exsecretario de estado”.
