Entiendo que Donald Trump nos tiene apergollados con esto de los aranceles, pero algo debe poder hacerse por los indocumentados cuyas familias y vidas se están viendo destrozadas
JUAN RAMÓN DE LA FUENTE,
SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES:
+Somos raíces que crecen
en tierra nueva.
Anónimo
Las redadas de indocumentados en Los Ángeles captaron la atención nacional, tanto por su dureza como por las confrontaciones que generaron. Pasaron las semanas y pasó el interés mediático sobre la política trumpista relativa a la migración, pero esta última no bajó de intensidad.
La semana pasada, el Servicio de Aduanas y Migración (ICE, por sus siglas en inglés) trató de detener a un inmigrante mexicano que iba en su auto por las calles de Chicago. Aterrorizado, supongo, trató de huir y en su intento arrastró al agente de ICE, quien le disparó un tiro mortal. Este hecho es uno más de lo que el Departamento de Seguridad Nacional denomina “Operación Midway Blitz”.
Como su nombre lo indica, se trata de ataques relámpago en zonas habitadas por latinos y la denominación Midway hacer referencia a una mujer -intuyo que era blanca y sajona- que perdió la vida cuando un inmigrante guatemalteco en estado de ebriedad impactó su auto con el de la mujer. Lamentable que esta mujer haya fallecido y pésimo que el hombre condujera borracho, pero cabe preguntar cuántos incidentes de este tipo se producen entre ciudadanos estadounidenses. Lo cierto es que el Departamento de Seguridad Nacional utiliza el hecho para construir una narrativa xenófoba y tipificar a los indocumentados como sujetos peligrosos e irresponsables.
Las operaciones tipo blitz no se circunscriben a Chicago y al estado de Illinois, pues abarca también a Los Ángeles, Washington D.C. y Boston, bajo la premisa de que ninguna ciudad es santuario, “ni refugio seguro para ilegales delincuentes”, según palabras de Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (TWP, 8/9/2025). Y para que quede claro, la administración Trump ya encontró una rendija legal para seguir adelante. Mire, doctor De la Fuente:
El estado de Illinois y la ciudad de Chicago, bajo su política de ser santuario, promulgaron leyes locales que prohíben a autoridades municipales o estatales inquirir sobre el status migratorio de cualquier persona arrestada; igualmente, no permiten transferir la custodia de dichas personas a algún agente de migración sin que medie una orden judicial. Pues resulta que el gobierno federal estadounidense se ha ido al otro extremo: a partir del mes de julio, cualquier individuo que sea arrestado por agentes de ICE no solo no podrá ser liberado de su custodia, sino que tampoco tendrá derecho a una audiencia con un juez de migración. Anteriormente, tal estrategia solo se aplicaba a los inmigrantes recientes, no a los que ya tenían varios años viviendo en EUA; ahora se aplica parejo a cualquier indocumentado con el que ICE se tope.
Como era de esperar, las organizaciones de derechos civiles, los abogados de migración y las comunidades latinas han expresado su rechazo a la política trumpista, pero de poco ha servido porque el presidente Donald Trump ya amenazó con enviar la Guardia Nacional a Chicago y a Boston, tal como lo hizo en Los Ángeles.
Medios estadounidenses reportan que el número de arrestos ha sido tan grande que los centros de detención están más que saturados. Dichos centros están diseñados para detenciones de no más de 12 horas y las que ahora realiza el ICE son mínimo por 72 horas. El punto es que los centros no cuentan con las instalaciones necesarias como baños y camas, lo cual es claramente violatorio de los derechos humanos.
Según la narrativa trumpista, las redadas van tras inmigrantes que han cometido delitos violentos, pero no es así; solo un porcentaje muy pequeño de los detenidos tienen antecedentes, según reporta The Washington Post. Y esto es así porque el ICE lo que trata es de cumplir una cuota de arrestos.
Y como todo populista, míster Trump hace uso de la postverdad y su narrativa ha penetrado de tal manera que la palabra indocumentado va seguida de la palabra delincuente. Y esta asociación es falaz, porque la gran mayoría de los indocumentados no delinquen. Un estudio realizado en 2020 por la Oficina Nacional de Investigación Económica indica que los inmigrantes tienen 60% menos probabilidades de ser arrestados que los nativos estadounidenses. Otro estudio del Departamento de Seguridad Pública de Texas -nótese que es de un estado antiinmigrante- encontró que los indocumentados tienen tasas de arresto mucho menores que los ciudadanos estadounidenses. Pero todo esto le da exactamente lo mismo al inquilino de la Casa Blanca.
Entiendo que Donald Trump nos tiene apergollados con esto de los aranceles, pero algo debe poder hacerse por los indocumentados cuyas familias y vidas se están viendo destrozadas.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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