Donald Trump no necesita llegar a la Casa Blanca para hacer daño a la economía mexicana. Los últimos días son prueba de ello. El peso ha perdido 5.3% desde la visita del republicano a México el 31 de agosto. En ese periodo, el tipo de cambio interbancario pasó de 18.84 hasta 19.84 por dólar. En … Continued
Donald Trump no necesita llegar a la Casa Blanca para hacer daño a la economía mexicana. Los últimos días son prueba de ello. El peso ha perdido 5.3% desde la visita del republicano a México el 31 de agosto. En ese periodo, el tipo de cambio interbancario pasó de 18.84 hasta 19.84 por dólar. En las ventanillas bancarias, rompió el techo simbólico de los 20 pesos por dólar. Por cada peso que se deteriora el tipo de cambio, el costo financiero del gobierno federal sube alrededor de 22,000 millones de pesos.
¿Qué tan bajo puede caer el valor del peso? El presupuesto 2017 proyectaba 18.20 por dólar, pero ese número parece imposible apenas dos semanas después. Estamos en la dimensión desconocida. La divisa mexicana había estado en zona de turbulencias, pero nunca como reflejo del miedo al avance de un candidato antimexicano en Estados Unidos. En este año, el peso se ha visto afectado por el precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo; por la especulación en torno a las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal y hasta por hechos extraordinarios como la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
El peso mexicano camina herido desde hace tres semanas. No es el petróleo, la Fed ni la geopolítica. Hay un solo sospechoso: el candidato republicano. La divisa mexicana está bajando porque Donald Trump sube en las encuestas. En septiembre, ha ganado entre cuatro y 6 puntos porcentuales respecto a la candidata de los demócratas. No hay un solo factor que explique su ascenso. Le ayudó el trato de jefe de Estado que recibió en México; el desmayo de Hillary Clinton en la ceremonia del 11 de septiembre la publicación de información negativa sobre la Fundación Clinton y el atentado del inmigrante afgano en Nueva York. Todo suma.
Somos la moneda emergente que más ha caído frente al dólar en el 2016. El 15% de depreciación del peso no tiene comparación y, en cierto sentido, parece exagerado. La lira turca ha perdido apenas 3%, a pesar del intento de golpe de Estado. El real brasileño se ha revalorado, sin importar que hayan destituido a su presidenta. El rublo ha ganado terreno frente al dólar, con todo y las sanciones económicas a Rusia.
¿Qué pasa con el peso? El doctor Raymundo Tenorio, del Tec de Monterrey, tiene una hipótesis: hay una especulación a gran escala en contra del peso mexicano. El académico afirma que es un asunto de un puñado de grandes bancos. Tesorerías que ganan 0.5 o 1% en un día, especulando con el tipo de cambio. Es legal apostar contra el peso y ganar muchísimo dinero con esa apuesta, pero es inmoral porque se lucra con el daño de terceros. Tenorio Aguilar trabajó 19 años en el Banco de México y piensa que las subastas de dólares por parte del banco central no servirán para ordenar el mercado. Tampoco servirá de gran cosa un alza de tasas de interés. Por qué no hacer una llamada de atención a los especuladores, se pregunta el doctor Tenorio. Si no hacen caso, el banco central puede emitir circulares con medidas disciplinarias para frenar la especulación.
Medidas heterodoxas podrían ayudar en momentos complicados. Quizá no sirva un llamado de atención. ¿Qué tal una identificación de los especuladores? Sería bueno saber quiénes son los que apuestan contra el peso. Quedan seis semanas de alta volatilidad, en el mejor de los casos. Podrán ser muchas más, si gana ese indeseable.