Las tasas de interés en el primer mundo se mantendrán acomodaticias; ven un cierto riesgo en la inflación. El Banco de México (Banxico) saca el catalejo y ve desde la borda de nuestro país los eventos externos y los pondera en su toma de decisiones de política monetaria. Fieles al guión de la globalidad, evalúan … Continued
Las tasas de interés en el primer mundo se mantendrán acomodaticias; ven un cierto riesgo en la inflación.
El Banco de México (Banxico) saca el catalejo y ve desde la borda de nuestro país los eventos externos y los pondera en su toma de decisiones de política monetaria.
Fieles al guión de la globalidad, evalúan la determinación de la Reserva Federal de haber dejado sin cambios sus tasas de interés y se suman al mercado en la idea de que serán graduales los aumentos tanto este año como el próximo.
De Europa ven cómo el impacto inicial del Brexit se disipa en los temores, pero no en sus efectos y los esperan en adelante. A la par que aprecian cómo la banca regional se descompone.
Ven a un Japón débil, a China y otros emergentes faltando a los pronósticos de expansión y, en general, ven la economía mundial deprimida y con petróleo barato. Esto les anticipa dentro de la Junta de Gobierno que las tasas de interés del primer mundo se mantendrán acomodaticias.
Pero la mirada crítica está hacia el interior.
No son ajenos al deterioro en las expectativas del crecimiento, a pesar de no tener en su mandato la procuración de la expansión económica, pero dejan ver que atienden al detrimento de las estimaciones del comportamiento del Producto Interno Bruto mexicano.
Pero lo suyo, lo suyo, es la inflación. Ahí ven un balance de riesgos neutral entre las presiones y las decisiones tomadas, al menos hasta este corte de caja que hacen con la decisión tomada ayer.
Apunta Banxico al efecto inflacionario que tiene la fórmula empleada por la Secretaría de Hacienda para calcular el precio de las gasolinas. Es interesante ver esta referencia del banco central al aumento a las gasolinas, cuando habla de lo que podría presionar la inflación en los siguientes meses, cuando se supone que ya llegó a su tope la posibilidad de aumentos. ¿Será que esa tal fórmula de Hacienda nos prepara alguna sorpresa?
El tipo de cambio es uno de los detonantes inflacionarios plenamente acreditados por el Banco de México, por lo tanto, analizan qué es lo que podría mover en adelante esta variable.
Los precios del petróleo y la política monetaria de Estados Unidos son dos factores exógenos incontrolables que ahí están como riesgo.
Pero algo que puede contribuir a la devaluación del peso y que tiene 100% de culpa interna es el deterioro adicional de la cuenta corriente, que bien muestra el instituto emisor.
El banco central confirma lo que aquí platicamos respecto del factor Trump en el tipo de cambio. Estiman que el proceso electoral estadounidense tiene influencia en la relación del peso frente al dólar.
La junta de gobierno, pues, no mueve su tasa de interés por ahora. Pero deja claro que se mantendrán vigilando muy de cerca, sí así de cerca, todo aquello que nos pueda costar presiones inflacionarias.
Un ojo puesto en Estados Unidos y su política monetaria, y otro en el traspaso de la devaluación a la formación de precios. Se reservan el derecho de actuación en el momento y en la magnitud que se requiera.