Vale la pena revisitar el desastre de las expropiaciones arbitrarias, como ocurre hoy en Cuba, sesenta años después
Las expropiaciones son inherentes a los regímenes populistas. Aquí, un funcionario de la 4T, Taibo, sugirió expropiar a las empresas que amenacen con irse del país: “Habría que presionar para que se expropiaran”.
Vale la pena revisitar el desastre de las expropiaciones arbitrarias, como ocurre hoy en Cuba, sesenta años después, pues Trump aceptó que sus tribunales admitan demandas contra compañías extranjeras que operan en propiedades confiscadas a estadounidenses nacidos en la Isla:
—El embargo comercial de Estados Unidos a Cuba existe porque Cuba se negó a indemnizar a sus empresas expropiadas al cash y de manera pronta, adecuada y efectiva, como planteaba la Constitución cubana vigente en 1960.
—Inició cuando Cuba intentó refinar petróleo soviético en instalaciones de Standard Oil, Texaco y Shell, algo a lo que Washington se negó. Cuba respondió tomando las refinerías y Estados Unidos cancelando la compra que hacía de azúcar cubana al doble del precio en el mercado mundial.
—Luego, Cuba nacionalizó todas las propiedades de Estados Unidos en el país por un valor total de 850 millones de dólares y expulsó al personal diplomático estadounidense en La Habana, permitiendo la presencia de solo 11. La Casa Blanca rompió las relaciones el 3 de enero de 1961.
—En 1968, el gobierno comunista confiscó, sin pagar indemnización, todos los pequeños establecimientos de ciudadanos cubanos que habían sobrevivido a las continuas expropiaciones realizadas desde 1960, y que convirtió al Estado en el único propietario de Cuba, prohibiendo la propiedad privada.
—Se confiscaron 55 mil 636 pequeños negocios familiares: 11 mil 878 abarroterías, tres mil 130 carnicerías, tres mil 198 bares, ocho mil 101 restaurantes, friterías, cafeterías, fondas, seis mil 653 lavanderías, tres mil 643 barberías, mil 188 reparadoras de calzado, 4 mil 544 talleres mecánicos, mil 598 tiendas de artesanías y tres mil 345 carpinterías.
Hoy, tras la activación del título III de la Ley Helms-Burton, los cubanos expropiados que sean ciudadanos estadounidenses pueden demandar a las empresas extranjeras que estén haciendo negocios en lo que era suyo y le confiscaron: para empezar, un tsunami de 75 mil demandas.
Según el gobierno cubano, esto “significa sencillamente la liquidación de Cuba como nación, como país, y por lo tanto del pueblo cubano”, aunque “no basta con la Ley, habría que ejecutarla en el terreno, para lo cual sería necesario derrotar al pueblo cubano”.
Sin embargo, este desaguisado urdido hace seis décadas se habría evitado si Cuba hubiese cumplido su propia Constitución vigente y hoy no existiría embargo estadounidense, aunque suene a eso que los historiadores llaman “contrafactuales”: las cosas que no sucedieron.
Los “contrafactuales” son herramientas valiosas para la historia, porque nos enseñan que una sola decisión…
Produce consecuencias para toda la vida.