El Brent, referente petrolero británico que marca la pauta para la mezcla mexicana de petróleo, cuesta hoy 29 dólares, cuando empezó el año en los 69 dólares por barril
Se supone que los automovilistas no lo deberían saber, porque la Jornada Nacional de la Sana Distancia obliga a la mayoría a quedarse en casa y por lo tanto han utilizado poco sus vehículos y por consiguiente no han tenido que ir tan seguido a cargar gasolina.
Pero los que tienen contacto con los precios de estos combustibles se habrán dado cuenta de que durante los últimos días los precios de las gasolinas han subido de forma importante, después de que habían bajado de la mano del derrumbe de los precios del petróleo.
Los precios de los hidrocarburos en el mundo se mantienen en niveles muy bajos. Una vez pasado aquel episodio en los mercados de futuros donde se registraron precios negativos de los referentes internacionales, la realidad es que hoy un barril de petróleo cuesta 20 dólares menos que hace poco más de un mes y eso provoca que sus derivados también bajen de precio.
El Brent, referente petrolero británico que marca la pauta para la mezcla mexicana de petróleo, cuesta hoy 29 dólares, cuando empezó el año en los 69 dólares por barril.
Hoy en Estados Unidos, específicamente en Texas de donde importamos los combustibles automotrices, un litro de gasolina regular cuesta al público el equivalente a 9.20 pesos.
En México, después de tantos impuestos, no fue posible tener esos precios en las gasolineras, pero sí hubo una baja notable. Pero eso se acabó.
Los propios operadores de las estaciones de servicio reportan que las gasolinas que distribuye Petróleos Mexicanos han sufrido incrementos considerables que no corresponden a los precios internacionales y que tampoco guardan relación con los precios que ofrecen las gasolineras que importan directamente sus combustibles.
Los expendedores de gasolina reportan que Pemex vende sus gasolinas en sus terminales de almacenamiento y reparto hasta 2 pesos con 50 centavos más arriba que en semanas anteriores. Los precios se determinan por regiones, pero en todos los casos Pemex está vendiendo más caras las gasolinas, con precios que no se sustentan con el comportamiento del mercado internacional.
Es un hecho que el problema financiero de Pemex es el problema del país y por lo tanto de los mexicanos. Pero meter la mano más adentro en el bolsillo de los consumidores, aprovechando la coyuntura de los precios internacionales bajos, es algo que al menos deberían transparentar.
La estrategia de este gobierno para la conducción de Pemex es equivocada por donde se le quiera ver, empezando por el capricho de la refinería de Dos Bocas. Porque hoy queda claro que quieren refinar sus gasolinas para darlas más caras a los consumidores.
Las gasolinas son un instrumento recaudatorio para este gobierno por donde se les vea. Impuesto al consumo, impuesto especial y hoy un evidente sobreprecio, aprovechando la coyuntura de los precios bajos en el mundo, para darle recursos a la empresa petrolera que está técnicamente en quiebra.
Y todo aprovechando la coyuntura del “quédate en casa” cuando muchos consumidores no tienen el pulso de los precios, lo que se aprovecha para recetar esta nueva versión de los gasolinazos.