Da la impresión de que la decisión está tomada en EUA y no hay más que dos alternativas para México: o se arrestan a varias figuras relevantes, ya sean narcos o políticos coludidos, o los drones empezarán a ser usados con propósitos letales
LIC. OMAR GARCÍA HARFUCH,
SECRETARIO DE SEGUIDAD Y
PROTECCIÓN CIUDADANA:
+Tras advertencia no hay engaño.
Refrán popular
¡Vaya calambre que nos metió el presidente de Donald Trump! Se suponía que EUA y México estaban por firmar un acuerdo sobre seguridad, el cual no tendría el tono de la última orden ejecutiva firmada en la Casa Blanca.
El viernes pasado, The New York Times publicó que el presidente estadounidense había firmado una orden ejecutiva secreta -que no lo resultó tanto- para que el Departamento de Defensa y las áreas de inteligencia estudiaran opciones para enfrentar a los cárteles latinoamericanos, principalmente a los mexicanos y venezolanos.
“Estamos jugando un partido difícil, pero pronto tendremos más que decir al respecto”, declaró Trump el sábado en relación con la orden ejecutiva. Viniendo de míster Donald nada debería sorprendernos.
Curiosamente, Trump signa el decreto cuando los decomisos de fentanilo en EUA han ido a la baja hasta llegar a 342 kilos en lo que va de 2025. La disminución ha desconcertado a las autoridades estadounidenses, según reportan los medios de aquel país, y mantienen tres hipótesis, no necesariamente excluyentes. La primera, que los cárteles estén produciendo menos fentanilo por dificultades para obtener los precursores necesarios, pues China ha endurecido su vigilancia sobre su propia industria farmacéutica.
La segunda es que los cárteles estén utilizando otras formas de contrabandear el fentanilo. Por lo que reportó el sábado The New York Times en entrevistas con colaboradores del Cártel de Sinaloa, los envíos son cada vez más pequeños y hechos con una logística más afinada, la cual incluye sobornos a guardias aduanales estadounidenses. La tercera hipótesis es que la batalla al interior del Cártel de Sinaloa entre Los Chapitos y La Mayiza ha limitado su capacidad de producción.
La hipótesis que no contemplan es que en México ha habido decomisos históricos y constantes de fentanilo, don Omar. Entre las ideas fijas del presidente estadounidense debe persistir que durante la gestión de AMLO la cooperación binacional fue muy reducida, por no decir que nula. Ya ve que expulsó a los agentes de la CIA y desbarató las áreas de inteligencia de SEMAR que colaboraba con ellos.
Aun cuando la presidenta Sheinbaum negó toda posibilidad de que fuerzas militares intervengan en México, al tiempo que recalcó que las agencias extranjeras que operan en nuestro país están duramente reguladas, hay muchos indicios de que míster Trump le está dando otra vuelta a la tuerca.
Desde marzo pasado, EUA mantiene en ambas costas de México buques destructores equipados con misiles Tomahawk y su frontera sur está cada vez más militarizada, pues vehículos blindados y helicópteros están haciendo rondas constantes. Por parte de la CIA, vuelan drones MQ-9 Reaper en áreas mexicanas, cuya información compartirían con ustedes, don Omar; espero que así sea.
En teoría, Trump no puede ordenar una intervención militar en ningún país sin la autorización del Congreso exceptuando que se trate de grupos terroristas, como ocurrió con la operación para aniquilar a Osama Bin-Laden. Y es aquí donde la reciente clasificación de los cárteles como organizaciones dedicadas al terror cobra sentido; es la manera de brincarse al Capitolio so pretexto de la seguridad nacional. Sacar al narcotráfico de la esfera policial para meterlo en la esfera militar.
No obstante, hay huecos legales. Cualquier bombardeo mediante drones en algún laboratorio donde se produzcan drogas tendría como consecuencia que algunas personas fallecieran. Y resulta que las leyes estadounidenses relacionadas con los asesinatos por parte de las fuerzas armadas tienen reglas; rules of engagement que les dicen. En síntesis, dichas leyes prohíben los asesinatos en frío.
Ahora bien, si por dichas intervenciones resultaran detenidos, las fuerzas estadounidenses no tienen facultades para realizar arrestos y, en todo caso, seguiría la pregunta de a qué autoridad entregarían a los detenidos: a las mexicanas o al Departamento de Justicia.
Trump es del club de “no me vengan con que la ley es la ley”, o por lo menos así parece. En febrero pasado, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, despidió al cuerpo de abogados militares que brindaba asesoría apolítica sobre Derecho Internacional en lo que a guerras se refiere. Por su parte, ha trascendido que la Casa Blanca tampoco hace mayor caso a la Oficina de Asesoría Jurídica, la cual analizaba si una decisión era legalmente permisible.
Los optimistas dirán que Trump sigue considerando a la doctora Sheinbaum como a wonderful woman y que de darse una intervención de EUA sería en Venezuela. Ya ve que acaban de subir a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Nicolás Maduro, a quien EUA tiene por un presidente espurio y líder real del Cártel de los Soles.
Yo no soy tan optimista.
Da la impresión de que la decisión está tomada en EUA y no hay más que dos alternativas para México: o se arrestan a varias figuras relevantes, ya sean narcos o políticos coludidos, o los drones empezarán a ser usados con propósitos letales.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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