Work hard, play hard. Florestán Desde la nominación de José Antonio Meade como precandidato presidencial del PRI, yo diría que desde la asamblea del 12 de agosto que desencadenó a los no militantes y aún antes, Miguel Ángel Osorio Chong, que a esto le entiende, registró que él no sería el elegido y que todo … Continued
Work hard, play hard. Florestán
Desde la nominación de José Antonio Meade como precandidato presidencial del PRI, yo diría que desde la asamblea del 12 de agosto que desencadenó a los no militantes y aún antes, Miguel Ángel Osorio Chong, que a esto le entiende, registró que él no sería el elegido y que todo apuntaba al secretario de Hacienda.
Y así lo fue procesando para evitar shocks como en el pasado desde tiempos de Fernando Casas Alemán, Gilberto Flores Muñoz, Mario Moya Palencia, Emilio Martínez Manatou, Hugo Cervantes del Río y Manuel Camacho Solís, entre otros tapados.
Y lo tuvo claro: no sería el candidato presidencial pero tampoco era el fin del mundo, como lo fue en los casos mencionados.
Por eso, cuando el presidente Enrique Peña Nieto se lo dijo personalmente, no hubo ya sorpresa, ni daño y ni sentimiento alguno.
Puedo decir con conocimiento del caso que la cercanía no se afectó y hasta podría afirmar que a partir de ese momento se reforzó más, si eso fuera posible.
Ayer, cuando le pregunté en Radio Fórmula cómo estaba de ánimo tras la nominación de Meade, fue muy claro: Soy un hombre de convicción, soy leal a mis principios y la congruencia se refleja siempre en las acciones, en lo que uno hace, y desde que mi partido tomó la decisión me has visto en apoyo y participando como militante del PRI para que nos vaya lo mejor posible.
Y cuando le hablé de la alianza de Morena con el PES, cuya paternidad le atribuyen, fue rotundo: Yo soy militante de un partido político, no soy dueño de ningún otro, así que estoy ajeno completamente a las decisiones de ese partido o cualquier otro. En donde yo soy un activo militante, el PRI, y por supuesto como miembro de algunos órganos de decisión, ahí estaré siempre.
Cuando le hablé de su futuro como senador, solo me respondió: Yo seguiré en mi compleja tarea de secretario de Gobernación y lo seguiré siendo hasta que el presidente indique otra cosa.
Y al apuntarle que en los primeros días de enero se publica la convocatoria del PRI para el Congreso, solo contestó: El fin de año me permitirá repensar las cosas y tomar las mejores decisiones junto con las decisiones de mi partido.
Hasta ahí la dejó.
Y el que la agarró, la agarró.
RETALES
1. AUSENCIAS. No entiendo que ni el presidente del PRI, Enrique Ochoa, ni el coordinador de campaña, Aurelio Nuño, hayan estado ausentes en el inicio de precampaña de José Antonio Meade a la media noche del jueves en San Juan Chamula, Chiapas;
2. VENTANEO. Esta semana, el gobierno federal dará a conocer una auditoría de seguridad de cada estado y habrá gobernadores balconeados porque el problema siguen siendo las policías locales y sus órganos de procuración y de impartición de justicia; y
3. CRUJIDOS. Empieza a tronar el Frente por la ambición de Dante Delgado en Nuevo León y Chiapas, donde Movimiento Ciudadano no tiene presencia, en Morelos porque el PRD va solo y en Jalisco porque Enrique Alfaro va solo. A ver cuántos más.
Nos vemos mañana, pero en privado
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