Por lo pronto, la única esperanza que el mundo tiene es que la diplomacia tome el papel para lo que fue inventada, para sustituir a las guerras. No queremos ser obliterados. Es demasiado temprano para hacer una apuesta
A mí me queda perfectamente claro que, cuando la Humanidad se está asomando a lo que será sin duda la última Guerra Mundial, no está el horno para bollos ni la vida para juego de palabras. Pero bueno, la política suele jugar así: me imagino que para aligerar las tensiones que sufren los que la ejercen.
En el primer twitter, muy breve, del presidente Trump sobre el ataque a Irán y sus instalaciones de desarrollo nuclear, no dijo que esos objetivos habían sido disminuídos, atrofiados, dañados o inutilizados. Usó el verbo obliterar. Para la respuesta de Irán, comenzó a circular por todo el mundo el temor a la retaliación por parte del teocrático pais de todos tan temido, que se asienta en donde estuvo la antigua Persia.Confieso que no me gustaba ni uno ni el otro término para observar lo que estamos viviendo, por su naturaleza de anglicismos -que lo son- pero ya admitidos, hay que lidiar con ellos.
Obliterar, en otras palabraas, se dice anular, tachar, o más literalmente borrar, quitarle las letras. En la otra esquina, el anglicismo retaliation proviene del latín, y se refiere a aplicar precisamente la ley del Talión, aquella del ojo por ojo y lo que sigue.
Pues resulta que no.
Sí es cierto, que las fuerzas armadas de los Estados Unidos llevaron a cabo una operación inédita, perfecta, sorpresiva y efectiva. Los bombarderos supersónicos B 2, volaron sin tocar tierra 36 horas seguidas; hicieron un viajecito de ida y vuelta de su base Whiteman en Misuri, al cielo encima de Teherán, repostando combustible varias veces en pleno vuelo. Junto con los aeroplanos cisternas, otros aviones para un total de 125, participaron en la misión; algunos de escolta, otros de señuelo en áreas cercanas, para despistar al enemigo y algunos aportando disparos.
Los aviones B 2, con apariencia de Drácula o Batman en vuelo, llevaron unas enormes bombas de 13,600 kilogramos de peso, que se llaman GBU-57 A/B . Su peso y la altura desde donde se sueltan, las hace penetrar todos los 60 metros protegidas por concreto bajo la superficie de Irán, donde están sus laboratorios “secretos”, antes de explotar. De paso, un submarino disparó unas dos docenas de cohetes Tomahawk, en apoyo.
Eso es lo que sabemos. El Pentágono debe tener, sin duda videos que muestren el daño causado. No los han sacado a la luz. Los iraníes, desde luego, dicen que los daños fueron menores. Vamos que tener que esperar para saber que tan cierta fue la obliteración.
Por lo de la ley del Talión, afortunadamente no se cumplió. Pudieron decir represalia, castigo, venganza, revancha o mexicanamente desquite.Para retaliación, el armamento que Irán tiene -y que ya ha llegado a Tel Aviv, Bersheba, Jerusalén y el aeropuerto Ben Gurión- los ayatolas se han mostrado moderados.
El principal temor de los Estados Unidos fue, y sigue siendo, que las instalaciones militares que tiene en la zona, con 40 mi soldados, están al alcance de las balas iraníes. Se distribuyen en bases ubicadas desde Grecia hasta los Emiratos Árabes Unidos. Por eso la advertencia de los militares: cualquier daño a los intereses de los Estados Unidos en cualquier sitio, merecerá -ahora sí- retaliación.
Por lo pronto, la única esperanza que el mundo tiene es que la diplomacia tome el papel para lo que fue inventada, para sustituir a las guerras. No queremos ser obliterados. Es demasiado temprano para hacer una apuesta.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Creo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha sido convocado para discutir el caso de la guerra del Medio Oriente. No creo que ni siquiera puedan medio orientarse.