El documento narra como gradualmente, los conspiradores implementaron numerosos planes desesperados, para revertir el resultado de la elección que Trump perdió, en 7 estados: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pensilvania y Wisconsin
Dicen que la justicia, algunas veces tarde, pero siempre llega.
En su desesperada lucha por evadir la acción de la justicia, con absoluta impunidad a sus crímenes, Donald J. Trump podría enfrentar a la Justicia, antes de conocer el resultado de las elecciones y si pierde, adoptar medidas inmediatas.
Aunque inexplicablemente algunos incautos Latinos lo apoyan, Trump atacó de nuevo a los inmigrantes indocumentados, en Juneau, Wisconsin, a los que se refirió como “una invasión de gente horrible, salvajes criminales que están invadiendo nuestro país” y reiteró su amenaza de iniciar una “deportación masiva,” de documentados e indocumentados.
A pesar de numerosos acontecimientos, las encuestas no parecen cambiar mucho, dando una ventaja de 2.6% a nivel nacional a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, sobre Trump, por 48.5% contra 45.9%, de acuerdo al promedio de en cuestas de 538.
Harris mantiene una ligera ventaja dentro del margen de error en algunos de los 7 estados clave, Nevada, 1%, Michigan. 2%, Pensilvania 2% y Wisconsin 3%, en tanto que Trump tiene ventaja de 2% en Arizona y Georgia y de 1% en Carolina del Norte.
El expresidente hace todo cuanto puede, por regresar a la Casa Blanca, atacando, insultando a su contrincante demócrata Kamala Harris, acusándola falsamente de disponer de “fondos de FEMA, para atención de indocumentados” y al presidente Joe Biden, de “no brindar ayuda” a millones de afectados por las inundaciones a causa del Huracán Helene, mientras su equipo de campaña siembra confusión abusando de la Inteligencia Artificial para su publicidad.
O mintiendo desmesuradamente, difundiendo fantasías en sus actos políticos, en los que intercambia su papel de “Escogido”, por el de “Mártir de la Democracia víctima de 2 atentados” o de “Cristo Alterno” de los Evangélicos, despistados Católicos, Protestantes, Ortodoxos, Judíos, haciendo cuando puede, para lograr su objetivo de ganar la elección, auto-perdonarse de crímenes en su contra, o-si es que llega- pedir a su procurador general que retire todos los cargos “políticos” en su contra.
Pero no contaba con el resurgimiento de uno de los más importantes casos criminales que enfrenta, los de Conspiración para revertir el resultado de la elección con múltiples intentos de golpe de estado, lo que complicaría aún más sus posibilidades, en la apretada elección histórica de este país, a realizarse en menos de 30 días y podrían “distraerlo” de las elecciones, lo que sus voceros han calificado como “interferencia electoral.”
La magistrada federal de Distrito, Tanya Chutkan, reveló un documento de la Fiscalía, con la mayor evidencia de uno de los más fuertes casos contra Trump, que ella determinará si es posible procesar, bajo la definición de “inmunidad presidencial” y decidir si esa evidencia debe compartirse con el equipo de Trump.
Confiado en la controversial “inmunidad” que le dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación, bajo control Republicano, Trump subestimó capacidad y experiencia del Fiscal Especial Jack Smith, quien tras revisar la decisión, concluyó que los cargos de conspiración que presentó contra Trump, “se basan en actos de carácter privado y no de carácter oficial,” de los que si puede ser procesado…
En una moción de 165 páginas, Smith aporta evidencia irrefutable, que demuestra que, apoyado por un equipo de coconspiradores privados, Trump fue informado sobre la falta de pruebas de que la “elección fue robada” y que actuó en su calidad privada de candidato, cuando incurrió en múltiples actos criminales, con la intención de obstruir, defraudar y engañar a los órganos de gobierno, recolectando y contando los sufragios, en lo que él, como Presidente, no tenía función oficial alguna, de acuerdo a la Constitución.
Como le hemos comentado, cuando Trump perdió la elección de 2020, cometió múltiples crímenes, con apoyo de coconspiradores privados, tratando de permanecer en el poder, de acuerdo al documento.
El documento narra como gradualmente, los conspiradores implementaron numerosos planes desesperados, para revertir el resultado de la elección que Trump perdió, en 7 estados: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pensilvania y Wisconsin.
Entre los planes, se elaboró un documento sobre el potencial desplazamiento de fuerzas armadas a esos estados, para “confiscar máquinas de votación automáticas”, revisarlas y dar más tiempos en el poder a Trump, mientras se preparaban otras medidas ilegales para extender su mandato.
Para ello, “mintieron a funcionarios estatales, tratando de inducirlos a ignorar el resultado verdadero de la votación”, fabricaron votos electorales fraudulentos, prepararon delegados ilegítimos para el Colegio Electoral y trataron de forzar al entonces vicePresidente Mike Pence, presidente protempore del Senado, para que rechazara el resultado de la votación y obstruyera la certificación del Congreso, en favor del demócrata Joe Biden, según la moción.
En caso de que todo fallara, planearon la violenta insurrección de extremistas, (algunos iban armados) a los que se unieron grupos de terrorismo domestico, como Proud Boys, Three Percenters, Oath Keepers y otros, argumentando un “fraude electoral” que sabían no existió, y tomaron por asalto el Capitolio, el 6 de Enero de 2021.
Los cargos contra Trump, son: 1.- Conspiración para interferir con la función constitucional de órganos de gobierno, recaudando y contando el resultado de los comicios, 2, Conspiración para obstruir actos oficiales del Congreso, certificando el resultado legítimo de loa elección presidencial y 3.- Conspiración contra el derecho de millones de estadounidenses y su derecho a que sus votos cuenten en la elección.
El documento de la Fiscalía se basa en la declaración de numerosos ex-integrantes del gabinete de Trump, como su Procurador William Barr, Richard Donoghue, Jeffrey Rosen e información de otros testigos o registros de comunicaciones con los principales implicados en esos intentos de golpe de Estado, que son el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, el académico constitucionalista John Eastman, su exdirector de estrategia Stephen Bannon, los abogados Kenneth Chesebro, Sidney Powell, Eric Hershmann, Chris Carr, Mike Roman, el exgobernador de Arizona Doug Ducey y Boris Epshteyn.
Trump acusa al Fiscal Smith de haber “violado la regla de 60 días” (que recomienda no presentar acciones públicas en casos políticos, como cateos) al presentar ese documento a la Corte, sin embargo, fue la Corte la que lo difundió y ella tiene la autoridad de decidir si procede.
Siguiendo esa regla, la sentencia de 34 cargos criminales contra Trump, por pago ilegal a sus examines, fue aplazado hasta después de las elecciones, y en el caso del robo y retención ilegal de los más sensitivos documentos Top Secret de Seguridad Nacional, en Mar-Alago, la controversial Jueza nombrada por Trump, Aileen Cannon, desestimo el caso, argumentando “ilegalidad” en el nombramiento del Fiscal Especial, a lo que Smith apeló.
O en el caso de Georgia, donde Trump enfrenta 10 cargos criminales, junto con 18 coacusados de interferir ilegalmente en la elección, inclusive intimidando y amenazando a funcionarios electorales, si se respeto esa regla.
Con esta “Sorpresa de octubre”, los demócratas tienen renovadas esperanzas en que hasta un 16% de votantes indecisos, finalmente inclinen la balanza en favor de Kamala Harris, garantía de continuidad de la democracia de 248 años, quien sería la primera mujer presidenta en la historia de Estados Unidos y la primera presidenta negra … lo que se sabrá en tan solo unas semanas.