Es un himno de dolor de tres generaciones nacidas y criadas en el desgarre interior, que se preguntan cuál es la razón de tanta angustia y cruel condena, del estupor ante el desengaño: “Dios mío, por lo que más quieras, danos una primavera”
Haydee Milanés estrena hoy en Miami el himno que no tenía la diáspora cubana del fracaso social y moral absoluto del proyecto castrista: miles y miles de emigrados aturdidos y azorados por el abandono de la historia.
Duele, es el título:
Mi vida, no sabes el tormento
que siento en el alma si te pienso
es que no entiendo la razón
que vivas con este dolor
eres la herida que me desgarra por dentro.
Lástima en lo más profundo tu alma, el desengaño, grita
los segundos son espinas en la flor marchita de tus años
y se agita cual vendaval tu espíritu sin dueño
en empeño de dar rumbo fijo a tus hijos y sus sueños.
Haydee es la autora, a cuatro manos con El B (también emigrado reciente, como ella), y nominado al Grammy Latino 2016 (álbum Luz) y uno de los principales exponentes del hip hop hispanoamericano.
Es una canción de compromiso político, de protesta, como fue rotulada esta manera de cantar y componer en los ‘70, en las voces de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, en Cuba; Serrat, en España; Daniel Viglietti, en Uruguay; Óscar Chávez, en México…
Duele es música cubana, porque su base rítmica es la clave, el instrumento que conduce la música cubana. Pero es mucho más: es una mezcla caribeña de regaee y rap, debajo de dos voces diáfanas y educadas.
Las tres primeras olas migratorias cubanas (1959-78) tuvieron como himno Cuando salí de Cuba, de Luis Aguilé, en voz de Celia Cruz. Un rapto de nostalgia al estilo del nostos y el algosgriego, que evoca el sufrimiento por el deseo de regresar.
La cuarta ola fue la del éxodo de Mariel (1980) y se enganchó más al festejo de la libertad, al ritmo del Miami Sound Machine de Gloria Estefan: su himno fue Conga, una eclosión de música cubana cantada en inglés.
El himno de la quinta y sexta olas (1990-2010) fue Nuestro día, de Willy Chirino. Grito de esperanza por la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la URSS: “Un son estoy cantando, anunciando a todos mis hermanos, que nuestro día ya viene llegando”.
Duele es el himno de las muchas olas recientes, de las que Haydee y El B son parte: las que abandonaron forzadamente el país donde nacieron, porque el régimen no tuvo para darles más que desprecio, palo y hambre.
Es un himno de dolor de tres generaciones nacidas y criadas en el desgarre interior, que se preguntan cuál es la razón de tanta angustia y cruel condena, del estupor ante el desengaño: “Dios mío, por lo que más quieras, danos una primavera”.
Duele es el clamor de los transterrados.