Cuando Polevnsky Gurwitz cita el “cumplimiento al resolutivo del tribunal” se refiere al fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), del 30 de octubre del 2019, que anuló las elecciones internas de Morena causando que bailara Bertha (Luján) las calmadas y que Yeidckol ganara tiempo para sus ambiciones personales que llevan al partido a ningún lado
Paradójicamente, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha sido inmovilizado por la división interna surgida entre los militantes que apoyan a Yeidckol Polevnsky, quien ostenta el cargo de secretaria general en funciones de presidenta y los que piensan que nadie puede acaparar, sólo por sus ansias de poder, dos cargos y que, por lo tanto, la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido que se fundó y triunfó en torno a López Obrador no puede permanecer con una presidenta de mentiras.
Éste fue el motivo por el cual el pasado domingo se llevó a cabo el VI Congreso Nacional Extraordinario de Morena en el que se proclamó al diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar, como presidente del CEN, por un lapso máximo de cuatro meses, con el fin de que en este periodo convoque a elecciones para elegir una nueva dirigencia.
Yeidckol Polevnsky Gurwitz, cuyo nombre original era Citlali Ibáñez Camacho —si se hubiera dejado ese nombre hoy terminaría mi columna más temprano—, no aceptó el resultado del Congreso al que convocaron 141 consejeros y Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional, además de candidata fuerte para la presidencia del CEN en la próxima elección. En un video publicado en su cuenta de Twitter, Yeidckol manifestó: “Nos seguiremos conduciendo en apego estricto a la legalidad y a nuestro estatuto. Nosotros seguiremos trabajando para dar cumplimiento al resolutivo del tribunal porque Morena es la esperanza de México”.
Cuando Polevnsky Gurwitz cita el “cumplimiento al resolutivo del tribunal” se refiere al fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), del 30 de octubre del 2019, que anuló las elecciones internas de Morena causando que bailara Bertha (Luján) las calmadas y que Yeidckol ganara tiempo para sus ambiciones personales que llevan al partido a ningún lado.
Alfonso Ramírez Cuéllar, elegido por el 100% de los votantes, dijo que convocará a una reunión del Comité Ejecutivo Nacional, en el cual todavía figurará Yeidckol en su carácter de secretaria. Además, se refirió a la búsqueda del mecanismo por medio del cual se elegirá a los nuevos liderazgos. Por cierto, los concurrentes al Congreso rechazaron a mano alzada incluir el método de encuesta para decidir la nueva dirigencia, no obstante que esto lo propuso AMLO. A pesar de ello, en una entrevista con la prensa, Ramírez Cuéllar declaró que no está cancelada la posibilidad de un sondeo que defina a la futura dirigencia. (Le recomendamos que haga una encuesta para saber si los militantes recapacitaron y aceptan una encuesta).
Lo que está ocurriendo con Morena me provoca un déjà vu de lo que le sucedió al Partido de la Revolución Democrática (PRD) de lo cual sólo queda el membrete y el esqueleto formado por “los Chuchos”.
Una anécdota: Durante el sexenio de José López Portillo (1976-82) su secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, respetado jurista, historiador y culto ideólogo del Estado mexicano, el 1 de abril de 1977 propuso y logró en diciembre del mismo año la aprobación de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LOPPE), misma que, entre otras cosas, otorgaba el registro al, hasta entonces clandestino, Partido Comunista y permitía las coaliciones, lo cual les abría una gran ventana de oportunidades a las organizaciones políticas de izquierda. El presidente le hizo saber a su secretario de Gobernación su preocupación de que la nueva ley le diera demasiada fuerza a las izquierdas. Don Jesús le dijo a su amigo don Pepe, “presidente no se preocupe, los mexicanos de izquierda son como los murciélagos: se manejan muy bien en la oscuridad, pero cuando les aventemos los reflectores van a chocar entre ellos”. Profeta.
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¿Si la estrategia contra el crimen organizado fue la frase “fuchi, guácala”, la de salud contra el coronavirus será “sana, sana, colita de rana”?
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