Sí: tardará en concretarse el “congelamiento” del tráfico de armas desde Estados Unidos
La impunidad mediática y el ejercicio notable del poder permiten a la 4T resolver, sin esfuerzo, affaires que, a las tres administraciones precedentes, medios y opinión pública les hacían pasar aceite para superarlos, como, por ejemplo, esa volada de “congelar el tráfico de armas” desde Estados Unidos.
Es imposible encontrar la versión estenográfica de la llamada telefónica en que el presidente de Estados Unidos se lo prometió al de México. Se entiende que aquí no se pueda, pero allá tampoco, pues Trump usa su celular particular para tratar asuntos de estado, algo impensable hace tres años.
Según nuestra cancillería, se “tomarán las acciones inmediatas para congelar el tráfico de armas ilegales hacia México”. ¿Sí? ¿Entonces cuándo será que el Congreso de Estados Unidos elimine la Segunda Enmienda, que protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas?
No juguemos fútilmente con la palabras: Aquí seguirán entrando armas, mientras en Estados Unidos sea posible adquirirlas con sólo presentar una licencia de conducción. Decir lo contrario, es pura propaganda para bases electorales pastoreadas.
Hoy mismo, gracias precisamente a la Segunda Enmienda, desde Estados Unidos entran a México la mayoría de las armas usadas por los grupos criminales. Cada año cruzan nuestra frontera norte 253 mil armas, mayoritariamente a través de California, Texas y Arizona.
Según datos del Center For America Progress, estamos hablando de rifles semiautomáticos como el AR-15 y AK-47, de los cuales los cárteles mexicanos de la droga se abastecen con sólo pasar la frontera para abastecer sus arsenales.
De 2009 a 2014, más del 70 por ciento de las casi 74 mil armas de fuego confiscadas por las autoridades mexicanas y cotejadas luego por el gobierno estadounidense vinieron de Estados Unidos, de acuerdo con el estudio más reciente del Center For America Progress.
Es por eso que sería muy importante que los ciudadanos mexicanos pudieran acceder a la conversación durante la que Trump se compromete, de viva voz, a congelar el tráfico de armas ilegales hacia México. Porque Trump ni nadie puede comprometerse a ello, mientras exista la Segunda Enmienda.
El propio Trump, después de la matanza de mexicanos en El Paso, a cargo de un supremacista blanco, escribió que hay que tener en cuenta las “opiniones muy fuertes” de la Asociación Nacional del Rifle, si alguna vez el Congreso evalúa una eventual ley sobre armas.
Más aún, Trump prometió en la pasada convención anual de la Asociación Nacional del Rifle, en Texas, que mantendrá la fabricación, transferencia y posesión de ciertas armas semiautomáticas y cargadores de gran capacidad, que Clinton logró prohibir de 1994 a 2004.
Sí: tardará en concretarse el “congelamiento” del tráfico de armas desde Estados Unidos.
Al menos no lo veremos en la 4T.