¿Ya se percataron que nadie dice las y los contagiados? Eso prueba que cuando las cosas se ponen serias nadie se fija en pendejadas
Si usted quiere ver mal, con lividez en el rostro y sudoración en el cuerpo, al senador zacatecano Ricardo Monreal, no es necesario que le recuerde que frente al Palacio de Gobierno de la capital de su estado natal abandonaron una camioneta con 10 cadáveres, no. Para ponerlo mal, para hacerlo sentir más nervioso que pasajero en un microbús en Ecatepec, basta con pronunciar una palabra: Encuestas. Esa palabra le recuerda que no llegó a ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; y esa palabra le avisa que es utópico querer ser candidato a la Presidencia de la República en el 2024.
Ya sin el uso de la hipérbole, recordaré que por medio de una encuesta, de la que nunca se supo el nombre de la empresa que la realizó (¿Patito? o ¿Gansito?), fue que Claudia Sheinbaum salió como candidata —ganadora al fin— a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con el exiguo 15.9% de los votos; seguida por el que hoy es su Secretario de Gobierno, Martí Batres con el 10.1; Ricardo Monreal —que se pensó favorito— alcanzó el tercer lugar con el 9.7; en último lugar con 4.2% de los votos quedó Mario Delgado.
En realidad el sondeo fue ganado por la ignorancia y la indiferencia ya que del total de la “multitud” compuesta por 1,311 personas a las que se les hizo la pregunta: ¿A quién prefiere como candidato (a) de Morena? El 37.3% respondió “no saber” y 22.9% dijo que “ninguno”.
Pero eso ya pasó. El tema de hoy lo puso en la mesa a temprana hora, no sólo del día, sino del sexenio, el presidente López Obrador. Un mes después de las elecciones de medio sexenio y los comicios por las alcaldías de la Ciudad de México, en una conferencia mañanera AMLO habló sobre el “tapadismo”, práctica antidemocrática que existe, según él, desde el porfiriato, aunque en realidad la denominación fue una creación de Abel Quezada en el sexenio de Ruiz Cortines. Concluyó que durante su gobierno tal costumbre será abolida y en seguida —tal vez como ejemplo de lo que no se debe hacer— reveló que su sucesión está garantizada, destacando a seis servidores públicos: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente; Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma Barragán, y… tal vez por encontrarse presente o para empatar el número de mujeres y el de hombres: Rocío Nahle. Días después a la lista se añadió el nombre del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López; y el presidente se dijo “destapador de su corcholata favorita a la cual iba a elegir el pueblo mediante una encuesta”.
Ricardo Monreal que tantas ilusiones se había creado sirviendo a Andrés Manuel desde su cargo de jefe de la bancada de Morena en el senado, fue excluido en la lista del “Corcholatazo 24”. Sin embargo, en entrevista con Neldy San Martín, para la revista Proceso que circula esta semana, el senador zacatecano expresó: “Voy a participar, a inscribirme y a luchar por que sean elecciones primarias. La encuesta es un método desgastado y desconfiable. Estoy acostumbrado a ir contracorriente. Estoy acostumbrado a los ataques y a las descalificaciones. Toda mi vida ha sido así, pero al final salgo adelante porque tengo la protección del Santo Niño de Atocha”.
Cuando Monreal menciona la ayuda beatifica viene a mi memoria que Andrés Manuel también cuenta con la ayuda venerable de su “detente”, el Sagrado Corazón de Jesús. Quiero pensar que la bronca celestial puede, por la voluntad divina, trocarse en pugna electoral. ¿Quién ganaría? Creo que el Sagrado Corazón de Jesús porque los Niños, aunque sean Santos y de Atocha, no votan.
Meme
¿Ya se percataron que nadie dice las y los contagiados? Eso prueba que cuando las cosas se ponen serias nadie se fija en pendejadas.