Pero resultó peor el remedio que la enfermedad, el enviado presidencial a quien creímos —sólo por un rato— que compondría las cosas
La revista Proceso que está circulando esta semana contiene un reportaje firmado por Mathieu Tourliere, respecto a presuntos actos de corrupción del exsenador panista Roberto Gil Zuarth. Independientemente de los escrito por el periodista sobre la meteórica carrera política y de negocios de quien fuera secretario particular de Felipe Calderón cuando éste estuvo en Los Vinos —perdón en Los Pinos— quisiera recordar algo de lo que opiné en este espacio el 9 de abril del 2012, cuando Josefina Vázquez Mota era candidata del PAN a la Presidencia de la República y el citado Gil Zuarth el coordinador general de su campaña.
La columna la titulé “Josefina, cadena de errores”. Escribí que no obstante que la candidata era de derecha había comenzado su campaña con el pie izquierdo. Documenté un lapsus que perpetró al inicio de su actuación en Teziutlán, Puebla, donde expresó: “Voy a fortalecer el lavado de dinero”. Éste fue el principio de una serie de yerros y tropezones que perjudicaron a la candidata blanquiazul.
Por eso cuando Felipe Calderón le pide —le ordena— a su secretario particular que coordine la campaña de la candidata de su partido, más de uno pensamos: ¡Vaya! Por fin alguien va a poner orden y a defender a la candidata blanquiazul del boicot que le estuvo haciendo Alejandra Sota desde la mismísima sede presidencial. ¡Pinche, Sota!
Pero resultó peor el remedio que la enfermedad, el enviado presidencial a quien creímos —sólo por un rato— que compondría las cosas; ahora lo sabemos, tenía la consigna calderonista de, según el autor del reportaje aquí citado, sabotear “la candidatura panista para promocionar a Peña Nieto, de acuerdo a varios señalamientos internos”. Gil cumplió con la orden presidencial y al mismo tiempo quedó bien con el peñismo en cuyo mandato su fortuna personal creció.
“Pobre Josefina Vázquez Mota, tan lejos de Dios y tan cerca de la estructura del PAN” —escribí en mi columna— en referencia a lo sucedido en el Estadio Azul el día de su toma de protesta como candidata. El inmueble lucía lleno, sin embargo una descoordinación del equipo de trabajo a las órdenes del susodicho Gil Zuarth, provocó que la gente abandonara las gradas de tal suerte que la candidata rindió una lamentable protesta ante escaso público. (Comenté que Josefina protestó, además de como candidata, por la ausencia de partidarios que un traidor provocó).
Justicia poética
Facundo Rosas, manejaba su camioneta rápido y furioso, tal vez porque su exjefe Genaro García Luna, está detenido en una cárcel de Nueva York, cuando se le atravesó una mujer de 84 años. Como si estuviéramos en el sexenio 2006-2012 donde no se detenía topara con quien topara, atropelló a la anciana quien murió inmediatamente. El irresponsable chofer fue detenido por agentes de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. Posteriormente se percataron que el apresado era un pájaro de cuenta, prófugo de la justicia, por lo que fue detenido por autoridades federales y trasladado a la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) acusado de estar involucrado en el operativo “Rápido y Furioso” por medio del cual entraron al país más de 2,500 armas de fuego procedentes de Estados Unidos. Un delito más cometido por colaboradores de Felipe Calderón sin que éste, que ahora se entera de lo que sucede en el gobierno de la 4T y lo critica, se diera por enterado.
Con Calderón se puede aplicar el refrán parafraseado: “Ve la chela en el bar ajeno y jamás el brandy en el propio”. Los olvidos y las preferencias de Calderón por determinados personajes nos hacen decir parodiando a don Ramón de Campoamor (1817-1901): “Nada es verdad ni es mentira, todo es según el sabor del mezcal con que deliras”.
Ganga
Amor, los zapatos que me gustaron están en oferta en Liverpool hasta mañana.
Hasta mañana que descanses.