Creo que el presidente se precipitó. El tema no era para tanto. Al tocarlo, sin pregunta alguna, en una conferencia mañanera lo acrecentó a nivel de escándalo. Creo que se pasó en el mal trato y el reproche hacía la periodista
Alguien dijo que un buen amigo no es aquel que te colma de elogios, sino el que te dice la verdad. La frase que escuche alguna vez sin saber su procedencia, viene a propósito del reportaje publicado en Aristegui Noticias sobre el posible conflicto de interés que existe entre el programa gubernamental Sembrando vida, el director técnico del mismo, el ingeniero agrónomo Hugo Chávez Ayala, y la fábrica Rocío, chocolates, propiedad de los hijos del presidente López Obrador, José Ramón, Gonzalo Ignacio y Andrés Manuel López Beltrán, éste último, al parecer, está al frente de la empresa.
La información causó el enojo del presidente. En la conferencia matutina del pasado lunes sin que hubiera ninguna pregunta de por medio quiso aclarar que Carmen Aristegui y la revista Proceso “hicieron toda una investigación mentirosa, sin fundamentos, para buscar mancharnos con la máxima del hampa del periodismo, que la calumnia, cuando no mancha tizna. (Nótese que dijo “hicieron toda una investigación mentirosa”. Luego, —mentirosa o no— hubo investigación. Podría haber omitido el concepto “hicieron una investigación” y decir que realizaron un reportaje a base de mentiras. Pero al expresar que ejecutaron una investigación, me da la impresión que el mandatario cayó en un lapsus freudiano. ¿Para qué investigar si se va a inventar una mentira?)
“Aprovechó la ocasión para señalar que Proceso y Carmen Aristegui nunca han estado a favor de nuestro movimiento y que nunca han hecho periodismo a favor del pueblo”. (¿En qué consiste el periodismo a favor del pueblo?). Dijo que con esos medios “seudoobjetivos, seudoprogresistas, seudoindependientes” no tiene ninguna identificación, ni simpatía. Como se dice en lenguaje popular “se la bañó” al manifestar que Carmen Aristegui escribe en Reforma y “pertenece, pues, al grupo que apoya al bloque conservador”.
Creo que el presidente se precipitó. El tema no era para tanto. Al tocarlo, sin pregunta alguna, en una conferencia mañanera lo acrecentó a nivel de escándalo. Creo que se pasó en el mal trato y el reproche hacía la periodista.
Si alguien le brindó un micrófono a AMLO cuando lo perseguía “la mafia del poder” fue Carmen. Recordemos: En el 2011 cuando el programa de Aristegui recibía fuertes presiones del gobierno de Felipe Calderón, López Obrador redactó en un twitter: “Mi solidaridad con Carmen Aristegui. Es vergonzoso este nuevo ataque a la libertad de expresión. No cabe duda de la mafia del poder”.
Cuando Carmen fue despedida de MVS Noticias por dar a conocer la existencia de la “Casa Blanca” de Peña Nieto, Andrés Manuel expresó que Carmen había sido censurada injustamente porque les incomodaba (a los poderosos) el periodismo que llevaba a cabo la conductora, actúan como dictadores —opinó—.
También existe en YouTube una llamada que el tabasqueño hiciera a la periodista, hoy tachada de conservadora, cuando ésta regresó al radio: “Carmen, te hablo para desearte lo mejor. Estoy seguro que va a ser muy exitoso tu programa. Lo ha sido en otros momentos, incluso en el tiempo en que nada más tenías transmisión por Internet. Ahora que estás, de nuevo en radio abierta, vas a tener como siempre mucho radioescucha, mucha gente pendiente de tu noticiero, por lo que tu representas, por lo que tu significas”.
Sin rasgarse las vestiduras, la periodista que ha demostrado, siempre, ser independiente en sus puntos de vista y trabajar con apego por las mejores causas del país, Carmen respondió a la reacción de López Obrador con la petición de que el jefe del Ejecutivo lea bien el reportaje. Además, le aclaró que ni ella en lo personal, ni el medio Aristegui Noticias se posicionan a favor o en contra del presidente de México. “En Aristegui Noticias no estamos ni a favor ni en contra de su movimiento. Este espacio es, simplemente y sencillamente, eso, un espacio de periodistas”.
En lo personal me preocupa que nuestro presidente confunda apreciación y/o simpatía con sumisión.