Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar. Ponga estas palabras en boca del líder chino Xi Jinping y créale. Pero lea esta expresión en la cuenta de Twitter del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y póngase a pensar en los efectos devastadores que para ese país, para las naciones aledañas y para … Continued
Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar. Ponga estas palabras en boca del líder chino Xi Jinping y créale. Pero lea esta expresión en la cuenta de Twitter del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y póngase a pensar en los efectos devastadores que para ese país, para las naciones aledañas y para el mundo entero habrán de traer estas amenazas suicidas.
De entrada, la primera pregunta que surge es de qué serie o película que vio en la televisión sacó su idea de irse a la guerra comercial contra el mundo. Puede tener inspiraciones en Game of Thrones o en Star Wars. No lo veo leyendo el libro Power and Plenty para entenderle a este tema de las guerras comerciales, sus motivaciones y consecuencias.
Un presidente tan egocéntrico y tan ignorante resulta fácil de manipular para los que están detrás de él dorándole la píldora. Voces anónimas con mucha información y muchos más intereses políticos, comerciales o ideológicos.
En los entretelones de la puesta en escena de la presidencia de Trump, siempre se vio la sombra (pintada como la figura de la muerte por algunos medios de Estados Unidos) de Stephen Bannon. Le ganó el ego, se paró en los reflectores y la jauría radical se encargó de despedazarlo.
Pero hay otros tantos que están ahí hablándole al oído al presidente Trump, metiendo cizaña y esperando la cosecha de lo que siembran en la vulnerable cabeza de Donald Trump.
Apunte en la lista de los influencers de Trump en materia comercial a Peter Navarro. Éste es un oscuro personaje, amante e impulsor del proteccionismo. Su poder es tal, que fue el promotor de la salida de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico, ése que se conocía como el TPP.
No se deje engañar por su apellido de origen latino. Navarro realmente aborrece la relación de Estados Unidos con México a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y algunas de las ideas más radicales para acabar con este acuerdo expresadas por Trump son de su autoría.
Habla pestes de los chinos y su comercio con Estados Unidos. Y le confirmo que es el que desde hace varias semanas ha impulsado la idea de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos.
Ya veremos hacia dónde nos lleva esta guerra comercial que ya declaró formalmente Donald Trump con su anuncio. Falta el primer disparo de la aplicación efectiva de los aranceles, pero la declaración de guerra comercial con el mundo ya fue hecha.
Pero hay una lección más que aprender en lo que vemos los mexicanos como nos acomodamos en esta disputa global comercial.
Que no le quede duda que Donald Trump es un títere populista que encanta a sus masas, pero que son otros los que mueven los hilos de sus acciones. Lo hacen creer listo, mesiánico, indispensable.
Hay que tener claridad de cómo los populistas que tienen tan poca preparación y que son tan fácilmente manipulables tienen detrás personajes siniestros en las sombras que los mangonean a su antojo.
Véalos de cerca, pueden un día hacer candidato a senador a un delincuente, prometer perdón a los criminales, prometer una Constitución moral con los principios de una secta cristiana, reclutar como su asesor principal a un empresario desleal o corrupto.
Manipulables desde lo oscuro, pero echando mano de su inagotable carisma que tanto encanta a los que son como ellos.