Donald Trump rechazó reunirse con su homólogo, Justin Trudeau, en una semana decisiva para la sobrevivencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, tal y como lo conocemos desde hace 24 años. Ante el desaire, el primer ministro de Canadá trató de mantener su orgullo incólume: su oficina no había solicitado una reunión … Continued
Donald Trump rechazó reunirse con su homólogo, Justin Trudeau, en una semana decisiva para la sobrevivencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, tal y como lo conocemos desde hace 24 años. Ante el desaire, el primer ministro de Canadá trató de mantener su orgullo incólume: su oficina no había solicitado una reunión con el presidente de Estados Unidos. No al menos directamente.
Con la cuenta regresiva del TLC a punto de expirar, Trudeau buscó amparo con los socios mexicanos. Primero, con el presidente Enrique Peña Nieto —con quien conversó en Nueva York, el pasado martes 25— y después, con Andrés Manuel López Obrador, a quien contactó vía telefónica el pasado viernes 28. El plazo se basa en el requisito de que el texto completo de un nuevo acuerdo se publique 60 días antes de que pueda ser firmado por el Congreso.
Freeland tenía programado acudir a la Asamblea General de la ONU, pero suspendió su discurso, hasta este lunes 1. El plazo fatal vencía anoche. Para cuando el lector tenga en sus manos esta edición, ya habrá sido divulgado el texto íntegro del acuerdo suscrito hace un mes entre los representantes de México y Estados Unidos. La publicación electrónica del material se anticipaba desde el pasado fin de semana tanto en la Ciudad de México como en la capital estadounidense, pero las partes decidieron agotar el tiempo, con la intención de que Canadá accediera a suscribirlo.
“Si no podemos llegar a un acuerdo con Canadá, no vamos a alejarnos de uno con México. No tendría sentido”, definió Robert Lighthizer, quien está obligado a hacer público el texto 60 días antes de que proceda la firma, con la autorización del Senado estadounidense.
Y exactamente dentro de 60 días concluirá el sexenio de Enrique Peña Nieto. Si ese plazo transcurriera sin acuerdo, “sería completamente injusto para todos los involucrados”, advirtió Lighthizer, quien implícitamente reconoció que el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México es considerado un obstáculo.
Canadá y Estados Unidos están a punto de cerrar las negociaciones sobre el TLCAN con éxito, referían por la tarde fuentes en Washington, DC, que apuntaban hacia la aceptación de los términos pactados por los representantes mexicanos y estadounidenses hace un mes sobre el capítulo 19 —para resolver controversias—, como el punto de conciliación. A cambio, Canadá permitiría mayor acceso de los productos lácteos de Estados Unidos.
Los negociadores canadienses, encabezados por la canciller Chrystia Freeland, estuvieron en la víspera en el despacho del primer ministro Trudeau, para recibir la respuesta final del dignatario. Y mientras, resistieron la ofensiva mediática que buscaba acorralarlos.
“Soy cautelosamente optimista”, expresó el embajador canadiense ante la administración Trump, David MacNaughton, al salir de la reunión. El último tramo de las negociaciones ocurrirá a través de videoconferencia.
A menos de 24 horas de que expiraran los plazos del Congreso estadounidense, Bloomberg News reportó que los negociadores canadienses y estadounidenses estaban próximos a un acuerdo. Pero a través del Toronto Star, los primeros detuvieron el deal momentum que desde la capital estadounidense se intentó construir mediáticamente. “Hay avances, pero tal vez no alcancemos un acuerdo”, advirtieron, “los asuntos principales no están resueltos”.
En las últimas 72 horas, los intercambios tripartitos fueron intensos. Y las versiones sobre los acuerdos, confusas. La prensa canadiense reportó, el pasado viernes, que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, había respaldado a Trudeau y también había refrendado su postura de que el tratado mantuviera su trilateralidad.
“México no le daría la espalda a Canadá”, habría dicho AMLO al primer ministro de acuerdo con las versiones divulgadas en Toronto.
EFECTOS SECUNDARIOS
RECUPERACIONES. Casi 20 minutos empleó Carmen Aristegui, el pasado viernes 28, para explicar profusamente las razones por las que salió del aire abruptamente y su pleito con MVS. ¿Y las buenas noticias? “Para hacer un anuncio muy importante, quiero cederle el micrófono al licenciado Andrés Manuel López Obrador”, dijo finalmente. En dos semanas, Aristegui Noticias volverá a la radio comercial, a través de una alianza con Grupo Radio Centro. Aristegui regresará a la radio en el 97.7 de FM, para completar con la oferta informativa de Grupo Radio Centro, donde competirá con Carlos Loret de Mola y Sergio Sarmiento. En el regreso de la popular periodista mucho tienen que ver el académico Gabriel Sosa Plata y Juan Aguirre Abdó, quien obstinado en redimir el prestigio de Radio Centro después de los recientes escándalos por las técnicas empleadas por sus locutores para incidir en los ratings y los exabruptos de Toño Esquinca.
INTERMINABLE. En la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el pasado 22 de agosto, fue resuelto el amparo en revisión 324/2018 interpuesto contra el Congreso del Estado de Jalisco, por la designación del presidente magistrado del Supremo Tribunal del Estado. La demanda fue sobreseída y debe archivarse como asunto concluido, dice el fallo, pero uno de los afectados, Alfonso Alejandro Sánchez Talledo, sostiene que al resolver el asunto, los ministros de esa sala incurrieron en franco desacato del Acuerdo General 5/2013, que ordena la remisión de los expedientes al pleno cuando la Sala emita proyecto en contra de un precedente.
¿REGRESIONES? Con la rúbrica de sus dueños incluso en el cabezal, ContraRéplica finalmente se incorpora al mercado de los periódicos gratuitos de la Ciudad de México. Para eliminar las sospechas iniciales sobre el origen del financiamiento de este proyecto, dos de los socios han dado la cara: el diputado federal perredista, Héctor Serrano, exsecretario general del GDF, y el estratega Manuel Cossío, dueño de Radar Digital, quienes junto con Rubén Cortés darán la batalla por despojar a la nueva publicación del tufo antimorenista que le achacan sus detractores.