Me temo que recibiremos más garrotes que zanahorias, no importa cuánto haga México. Como si no tuviéramos suficiente con nuestros propios problemas
JUAN RAMÓN DE LA FUENTE,
SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES:
+ Soberanía: poder político supremo que
corresponde a un Estado independiente.
Diccionario de la Real Academia
Aun cuando usted se encuentre convaleciente de una cirugía, imagino que sus colaboradores ya le dieron la señal de alarma sobre la recién publicada Estrategia Nacional de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Mucho es lo que usted deberá trabajar con sus compañeros de gabinete, porque la mencionada Estrategia es una bomba que salpica varias dependencias.
El documento empieza con una declaración bastante fuerte: “¿Qué queremos en general? Ante todo, queremos la supervivencia y seguridad continuadas de Estados Unidos como una república independiente y soberana cuyo gobierno asegure los derechos naturales dados por Dios a sus ciudadanos y priorice su bienestar e intereses”. Y digo que es bastante fuerte porque dichos “derechos naturales” son una gracia divina y se pretende lograr su disfrute aun a costa de los derechos y soberanía de otros países.
El concepto de vulneraciones a la seguridad nacional no se limita a que otros países espíen a EUA o realicen ataques terroristas; ahora, las “prácticas comerciales depredadoras, tráfico de drogas y personas, propaganda destructiva y operaciones de influencia, (o) subversión cultural” son consideradas una grave amenaza para la seguridad nacional.
Todo lo anterior lo ha expresado verbalmente el presidente Donald Trump, pero ahora el gobierno estadounidense lo ha puesto por escrito y, en consecuencia, valida cualquier política que consideren necesaria para enfrentar los hechos que ven como amenazas.
La presidenta Sheinbaum ha sido muy hábil para sortear las ocurrencias de Trump, pero ahora la situación será otra. A partir de ya, la política blanda de EUA se guardará en el arcón de los recuerdos para pasar a la política del garrote expansionista en todos los ámbitos, pasando por encima de la soberanía de otros países.
Respecto del comercio, la Estrategia llega a abusos inconcebibles, pues establece que las naciones latinoamericanas, “especialmente aquellas que dependen más de nosotros, y sobre las que, por tanto, tengamos más capacidad de presión” habrán de conceder contratos a las compañías de estadounidenses sin necesidad de licitación, como si tuvieran derecho a pasar por encima de las leyes locales.
El objetivo anterior, además de beneficiar a las empresas estadounidenses, busca sacar a China del hemisferio occidental, pues a nuestro vecino le preocupa que los productos mexicanos puedan llevar componentes chinos y de esa manera ingresen a EUA. Si nuestro vecino percibe que así ocurre, el T-MEC podría verse seriamente afectado.
Pero el asunto no se acaba ahí; con la reactivación de la doctrina Monroe, EUA pretende evitar la participación china en obras de infraestructura o en campos estratégicos en el hemisferio latinoamericano. Lo que no considera es que la empresas chinas bien pueden ofrecer las obras a mejores precios o con mejores alternativas que las estadounidenses; adiós a la libre competencia.
Por lo que hace a migración, la Estrategia indica: “Queremos garantizar que el Hemisferio Occidental permanece lo suficientemente bien gobernado y razonablemente estable para impedir y desalentar la migración masiva a Estados Unidos.” O sea, nos van a supervisar; no les importa mucho si los gobiernos son democráticos o no, lo relevante es que sean funcionales a los intereses de EUA. En el caso de México, la demanda es que siga haciendo el trabajo sucio deteniendo a los migrantes y endurezca todavía más sus controles.
No me extiendo en el tema del narcotráfico porque ya mucho se ha comentado la posibilidad de una intervención directa mediante operaciones unilaterales o, en el mejor de los casos, operaciones conjuntas de alta intensidad. Tal parece que los buenos resultados que ha dado el Gabinete de Seguridad mexicano en cuanto al combate al narcotráfico no son valorados y siempre se le pedirá más.
Ya desde ahora hemos visto el cambio en política exterior y de seguridad que EUA está llevando a cabo. Ha apoyado a la Argentina de Javier Milei, así como a Honduras de Nayib Bukele, pero lo más sorprendente fue el indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien purgaba una condena por narcotráfico, al tiempo que expresó su apoyo al candidato derechista hondureño Nasry Asfura. Aun cuando la Estrategia mantiene abierta la posibilidad de colaborar con gobiernos de izquierda, ello dependerá de qué tan alineados estén con los objetivos políticos y económicos de EUA.
El caso de Venezuela se cuece aparte, pues ni se ha alineado, tiene problemas de narco y una importante presencia china. Lo que parece que Trump ha olvidado es que las intervenciones estadounidenses en Latinoamérica han sido complicadas, dolorosas y costosas. Es de esperar que en pronta fecha veamos el desenlace; me pregunto cuándo será el turno de Nicaragua.
Los países que se alineen con la Estrategia de Seguridad Nacional tendrán ciertos beneficios, aunque condicionados; entre ellos, opciones para la relocalización de empresas estadounidenses en sus territorios.
Malos tiempos se avecinan en cuanto a la relación de México con EUA. Me temo que recibiremos más garrotes que zanahorias, no importa cuánto haga México. Como si no tuviéramos suficiente con nuestros propios problemas.
+ Con la colaboración de Upa Ruiz
Nueva cuenta en X: Upa_ruiz
X: @Lmendivil2015
