Al gran costo que los cárteles significan en vidas, tranquilidad y dinero, ahora deberemos agregar el sobreprecio de la inacción lopezobradorista y que EUA nos va a cobrar
JUAN RAMÓN DE LA FUENTE,
SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES:
Te la canto y te la cumplo.
Refrán popular
En diciembre de 2022, la entonces directora de la DEA, Ann Milgram, anunció que a lo largo de ese año la Agencia había decomisado media tonelada de polvo de fentanilo y 50.6 millones de tabletas conteniendo misma la droga. Tal cantidad de opioide alcanzaba “para matar a todos los estadounidenses” y eso que no incluía las siete toneladas requisadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Con todo y lo descomunales que suenan las confiscaciones, la DEA estimó que representaban entre el 5.0 y el 10% del fentanilo que ingresó por la frontera con México. Ya se imaginará, doctor De la Fuente, cómo cayó la noticia por aquellos lares.
Aunado a lo anterior, el primer piso de la 4T puso resistencia a la colaboración entre México y EUA para el combate a los narcos, tema al cual me he referido en repetidas ocasiones en este espacio. Baste decir que cuando el Embajador Ken Salazar terminaba su gestión en nuestro país señaló que “el anterior presidente no quiso el apoyo de EUA (…) por problemas ideológicos”, lo cual llevó al rechazo de “millones de dólares para ayudar a México en seguridad” como lo establecía el Entendimiento Bicentenario (12/01/2025).
Y luego están las noticias de Sinaloa, de Michoacán, de Guerrero, de Chiapas, etc., etc., que dan la vuelta al mundo dando a conocer los muchos delitos que los cárteles cometen, particularmente las masacres y las decapitaciones.
El recién designado secretario de Estado, Marco Rubio, ha hecho un seguimiento muy puntual de todo lo que ocurre en México en materia de seguridad, migración y las relaciones con Nicaragua y Venezuela. Así que no debiera extrañarnos que catalogue a los cárteles mexicanos como “terroristas por naturaleza (… que) aterrorizan a los mexicanos”.
Los cárteles no caen en la definición clásica de grupos terroristas, pues no tienen una ideología; tampoco tienen un enemigo claro, como no sea otro cártel que les quiera comer el mandado, porque a las distintas autoridades las meten en el bolsillo. Lo que sí tienen los cárteles es la firme decisión de no detenerse ante nada ni ante nadie en aras de unas ganancias gigantescas. Y si sumamos su capacidad de fuego y de dinero para corromper al más pintado, así como su aceitada organización a nivel internacional, pues su peligrosidad es todavía mayor. Y la verdad, sí nos aterrorizan.
No obstante, la acción ejecutiva que designa a los cárteles como Foreign Terrorist Organizations (FTO) más parece un mecanismo de presión contra México, que un verdadero compromiso por combatir las drogas. Lo menciono por la vinculación que hace Donald Trump entre tráfico de drogas y migración. Como buen populista, el nuevo mandatario mezcla la gimnasia con la magnesia al afirmar que son los indocumentados quienes introducen el fentanilo a EUA; datos oficiales del vecino país indican otra cosa.
Mire, doctor De la Fuente, 85% de las incautaciones de fentanilo ocurren en los cruces fronterizos oficiales; es decir, la droga es introducida por personas que pueden pasar legalmente a EUA y ha sido detectada gracias que la administración Biden invirtió millones de dólares en escáneres muy sofisticados. La patrulla fronteriza, esa que anda persiguiendo migrantes, no ha hecho un solo decomiso entre los indocumentados.
¿Quiénes trasiegan con el fentanilo en EUA? De acuerdo con la Comisión de Sentencias de EUA, 86% de las personas detenidas por tráfico de dicha droga son hombres estadounidenses (QuickFacts, Fentanyl Trafficking, 2023).
Como decía, no se percibe una auténtica decisión para combatir a los narcos, porque ayer fueron removidos altos funcionarios del Departamento de Justicia, quienes tienen amplia experiencia en las investigaciones sobre terroristas, crimen internacional, relaciones con otros gobiernos y extradiciones. Me refiero a George Toscas, Eun Young Choi y Bruce Swartz, todos ellos con un largo historial en el servicio profesional de carrera. Se me hace que a Trump también le agrada aquello de “90% de lealtad, 10% de capacidad”.
México presenta una disonancia adicional. La presidenta Sheinbaum sigue con el discurso de su antecesor de “combatir las causas” que llevan a los jóvenes a sumarse a las bandas del crimen organizado, aun cuando la nueva estrategia de seguridad indica otra cosa… afortunadamente. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, junto con la SEDENA y SEMAR, han optado por romper redes de complicidades y células completas; los arrestos en Chiapas, Sinaloa y el Edomex, así como el de Juan Carlos “El chavo” Félix -yerno de El Mayo Zambada– así lo muestran.
Sin embargo, este viraje en la estrategia tiene poco tiempo como para convencer a EUA y más a una persona de ideas fijas como el presidente Trump. El combate conjunto a los cárteles es un asunto de confianza mutua entre los dos países y ese atributo brilla por su ausencia de un lado y de otro. Así que todo indica que el Entendimiento Bicentenario se irá al arcón de los recuerdos.
Al gran costo que los cárteles significan en vidas, tranquilidad y dinero, ahora deberemos agregar el sobreprecio de la inacción lopezobradorista y que EUA nos va a cobrar.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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