Tendrían derecho a pasear a todo trapo, si no hubieran ganado el poder agarrados de la hipocresía del santón que dijo vivir con 200 pesos, sin tarjetas bancarias, inmuebles ni propiedades. Erigieron su moralidad en una mentira, y son unos impostores
Tendrían derecho a pasear a todo trapo, si no hubieran ganado el poder agarrados de la hipocresía del santón que dijo vivir con 200 pesos, sin tarjetas bancarias, inmuebles ni propiedades. Erigieron su moralidad en una mentira, y son unos impostores.
Sheinbaum les pide y pide vivir sin lujos ni escoltas, pues el recurso público es “bendito”. Ellos dicen que viajan con su dinero, pero cuál dinero, si tener dinero es malo, pues también satanizaron el dinero. Ahora, a tomarse el buen vino ocultos en el baño de su casa.
No tienen argumentos morales para defenderse. Se les enrojecían las manos de aplaudir a López Obrador al escucharlo: “El dinero es la mamá y el papá del diablo, hay que purificar la vida pública, nada de hijos estudiando en el extranjero, títulos o viajes”.
¿Qué argumentan? ¿Que desde sexenios atrás en todos los partidos lo hacían?, ¿Que los gobiernos del PAN y del PRI lo hacían? Ah, pues con la mala noticia de que en los gobiernos del PAN, ni los del PRI, se vendían como apóstoles o faquires.
Los cabecillas de la 4T exhibidos por algo simple como irse de vacaciones, llegaron al poder con la bandera de ser poseedores de una austeridad y una pobreza que no tenían, y que supuestamente poseerlas los hacía moralmente superiores.
Por eso, Sheinbaum se vio obligada a recordarles que no debe haber gobierno rico con pueblo pobre, a raíz de las imágenes de Andrés Manuel López Beltrán de paseo en Japón, Mario Delgado en Portugal, y Ricardo Monreal en España.
Lo curioso es que no hay que ser ricos para vacacionar. Cientos de mexicanos viajan a todos los Mundiales y Olimpiadas. A la llegada de la 4T al poder en 2018, el Dia Mundial del Internet reveló que los mexicanos eran quienes más viajaban en Latinoamérica.
En turismo nacional, la mayoría viajaba en familia a la CDMX, Cancún, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Mérida, Puerto Vallarta y Veracruz, mientras los destinos extranjeros más visitados eran Los Ángeles y Nueva York.
Fue su tótem López Obrador quien envileció los viajes, los estudios en escuelas privadas, los cursos de post grado en universidades extranjeras: a quienes lo hacían les dedicó una serie de nombres, que Gabriel Zaid reunió en un texto:
“Señoritingos, fifís, blanquitos, camajanes, cínicos, desvergonzados, fichitas, fresas, gacetilleros vendidos, hampones, hipócritas, ingratos, ladrones, lambiscones, machuchones, mafiosillos, maleantes, malhechores, mañosos, mugrosos, ñoños, paleros, rufianes, peleles, pillos, piltrafa moral, pirrurris, siniestros, títeres, traidorzuelos, vulgares, zopilotes, carteristas”.
Muchos en la 4T se tendrán que comer el huevo de serpiente que empollaron para llegar al poder.
Cancelado el rezo de:
“Ay, Dios, haz que me vea bien”.
Y bienvenido el rezo de:
“Ay, Dios, haz que parezca pobre”.