En la víspera, la legisladora tabasqueña se comprometió a propiciar “las condiciones necesarias para que la sesión se desarrolle inhibiendo el riesgo de contagio de quienes participen en ella”, entre las que destacaban un aforo restringido, a 50 personas al salón de sesiones y el ingreso sólo de un asesor por grupo parlamentario
En materia de la contingencia sanitaria, la austeridad se impone. Para la reanudación de las sesiones presenciales en el Congreso de la Unión, lo que en San Lázaro fue obligatorio, en el recinto legislativo será opcional… por razones económicas.
La aplicación de pruebas para todos aquellos que intenten ingresar el lunes 29 de junio al Palacio Legislativo de inmediato confirmó los temores: una decena de diputados federales dieron positivo al virus SARS-CoV2 y no podrán participar en el periodo extraordinario de sesiones. En el Senado de la República, por el contrario, la directiva dejó a cada grupo parlamentario la decisión de testear, pues la secretaría general no comprará pruebas rápidas o PCR.
A legislar, sin sana distancia. La orden del día contemplaba el desahogo de más de 200 asuntos, aunque cuatro horas después de lo originalmente programado, la presidenta de la Comisión Permanente, Mónica Fernández Balboa, no podía arrancar los trabajos en el salón de sesiones del Senado de la República. El dictamen sobre la nueva Ley para la Protección a la Innovación Industrial –procesada en la Comisión de Economía de la Cámara alta, que preside el panista Gustavo Madero– había desatado un cúmulo de protestas y frenó temporalmente el inicio de la Permanente. En la lista de iniciativas no se incluyó a la Ley de Variedades Vegetales.
Los trabajos presenciales se reanudaron con las sesiones de las comisiones dictaminadoras y la sesión de la Tercera Comisión, que encabezó el diputado Mario Delgado; una reunión fast track para dar cumplimiento al incidente de suspensión del amparo 558/2020, que deja suspendido el procedimiento para la designación del procurador para la defensa del contribuyente.
En la víspera, la legisladora tabasqueña se comprometió a propiciar “las condiciones necesarias para que la sesión se desarrolle inhibiendo el riesgo de contagio de quienes participen en ella”, entre las que destacaban un aforo restringido, a 50 personas al salón de sesiones y el ingreso sólo de un asesor por grupo parlamentario.
“Estamos preparándonos. Somos (sic) una actividad esencial”, refirió Ricardo Monreal Ávila, líder del bloque oficialista en la Cámara Alta, “si el Presidente de la República, los trabajadores de la salud –médicos, enfermeras, camilleros–, los policías, los soldados o los trabajadores de limpia están haciendo su trabajo, también tenemos que cumplir con nuestra actividad esencial. Eso sí, con las medidas y precauciones pertinentes… Nadie está exento de contagio, pero tampoco podemos arriesgarnos”.
Tras de cuatro meses de suspensión de labores presenciales, aunque nunca estuvieron en los rubros proscritos por el Consejo General de Salubridad, los legisladores regresarán a los trabajos presenciales este lunes 29, para aprobar el paquete de cinco iniciativas que armonizarán la legislación mexicana con el nuevo tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, de acuerdo al aviso que los coordinadores parlamentarios remitieron a Fernández Balboa, quien adelantó que no habrá sesión de Congreso General, para evitar contagios por la Covid-19. Cada Cámara habrá de tener su sesión de instalación.
Efectos secundarios
PERFILADOS. Faltan tres meses para el relevo en las mesas directivas de ambas cámaras del Congreso de la Unión y Morena no está dispuesta a ceder esos espacios. El PT sigue en el reclutamiento de legisladores, para igualar el número de diputados que tiene el PRI en San Lázaro y arrebatarle al tricolor ese puesto. En la Cámara Alta, el reclamo del PAN por la presidencia es tenue, en contraste con la disputa al interior de la bancada mayoritaria, con un bloque de senadores renuente a permitir que Mónica Fernández Balboa repita en ese cargo. La paridad de género llevaría al poblano Alejandro Armenta o al chiapaneco Eduardo Ramírez Aguilar a ese asiento, aunque los puros podrían postular a Germán Martínez Cásarez.
AJUSTES. Alfonso Ramírez Cuéllar, como presidente nacional de Morena, trata de poner orden en el partido oficialista, que se ha quedado sin dirigentes estatales en la mitad del país. Ante tales vacíos, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia ha habilitado a los secretarios generales de los comités estatales como presidentes provisionales, en tanto el CEN ejerce su facultad para nombrar delegados especiales que asuman la conducción de las tareas partidistas. A mediados de la semana pasada, el legislador con licencia convocó a los consejeros morenistas de Aguascalientes para organizar la ruta para renovar la dirigencia en aquella entidad hidrocálida y la mayoría se pronunció por definir un perfil que impulse la unidad partidaria, después del fracaso de la anterior dirigencia en el proceso electoral del 2019.
FRONDAS. Un colosista de viejo cuño, Óscar Navarro Gárate, pronto tomaría la rienda en el área de administración y finanzas de Segalmex, donde crecen los cuestionamientos a la implementación de los programas de siembra de maíz y frijol en zonas marginadas, pero sobre todo corren versiones de un giro radical en la operación de la agencia gubernamental que dirige Ignacio Ovalle Fernández. “Van por la entrega masiva de despensas, a través de los servidores de la Nación”.
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