Como es claro, algunos legisladores morenistas están en las Cámaras solo para disfrutar del botín y la impunidad
LIC. LUISA MARÍA ALCALDE,
PRESIDENTA NACIONAL,
MORENA:
+Vergüenza: turbación del ánimo por la
conciencia de una falta cometida.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Mientras el expresidente de Francia, Nicolás Zarkozy, ingresa a prisión por haber recibido fondos ilegales para su campaña política, los políticos mexicanos gozan de cabal libertad de conducirse como mejor les da la gana.
El lunes nos enteramos de que el siempre estridente senador Gerardo Fernández Noroña, pidió licencia para ir a los Emiratos Árabes Unidos, supuestamente atendiendo una invitación oficial para comentar el conflicto de Gaza e Israel; imagino que su doctísima opinión puede cambiar el destino de la emproblemada zona. Finalmente, a Noroña le rindió beneficio andarse paseando con la kufiya sobre los hombros, pues a su decir, los anfitriones le pagarán el boleto de avión.
Si la invitación fuera del todo oficial, doña Luisa María, el senador no estaría obligado a solicitar licencia para acudir al evento; me refiero a que hubiera sido planteada a través del Senado y no a título personal. Como sea, está violando la Ley de Responsabilidades, el Código de Ética del Senado y el Código de ética de MORENA, todos los cuales prohíben a los funcionarios y legisladores recibir regalos en efectivo o en especie. Por cierto, la línea aérea de los Emiratos es de las más lujosas.
Por lo demás, Noroña afirma que pagará de su bolsillo el costo de su estancia. Una rápida búsqueda, incluso en las plataformas de descuento, indica que los hoteles más baratos cuestan 500 dólares la noche; así las cosas y suponiendo que el senador permanezca una semana por aquellos lares, estamos hablando de tres mil quinientos dólares o casi 65 mil pesos. Y faltan las comidas… Nada mal para quien autoproclama su pobreza inexplicable.
Al ser cuestionado sobre el viaje a los Emiratos Árabes, Noroña se salió por la tangente, aduciendo que las críticas obedecían a una justificación al genocidio que sufren los palestinos. Vaya salto mortal entre los hechos y sus conclusiones.
No es este el primer lujo que don Gerardo se da. Hace un par de semanas viajó en un “taxi aéreo” (avión privado) que violaba las normas para dirigirse a tres citas en Coahuila, pero él dice ser tan austero que ni siquiera gasta en bolear sus zapatos de tres mil quinientos pesos. Y qué tal su viaje en business class para ir a Estrasburgo a dar una ponencia a la cual asistieron no más de cinco personas, para no hablar de su casa en Tepoztlán. Porque como él dice: “no tengo por qué ser austero” y supongo que tampoco rendir cuentas de los “donativos” que obtiene a través de YouTube.
Otro que brilla por su decoro es el diputado Cuauhtémoc Blanco. Además de haber sido un pésimo gobernador y estar acusado de violación, en vez de atender vía zoom la sesión en la Cámara sobre la Ley General de Aguas, estaba jugando pádel porque su “corazón necesita ejercicio”. La norma a votar es por demás relevante, pero qué le vamos a hacer. Y en el colmo del cinismo, dijo que, si querían multarlo, que lo multaran.
Un ejemplo similar de decoro político lo da el senador Adán Augusto López, cuya relación con un secretario de Seguridad de Tabasco ha sido ampliamente cuestionada. Me refiero a Hernán Bermúdez Requena, quien está acusado de liderar un grupo delincuencial y de lo cual don Adán no tenía la más mínima idea. También están los 79 millones de pesos que ingresó a sus cuentas por diversos servicios profesionales que, desde luego, representan un conflicto de interés en su calidad de servidor público.
Estos tres legisladores son los más conspicuos de MORENA, pero no los únicos que creen que porque tienen la mayoría -ilegalmente obtenida- pueden hacer lo que gusten con la representación popular a la que se deben. Tal parece que nadie les ha enseñado la Encuesta Nacional de Confianza en la Administración Pública, levantada por el INEGI, donde los legisladores salen reprobados.
Por si usted no la ha leído, licenciada Alcalde, le cuento que la confianza en el Congreso es de 42%; o sea, 58% no cree o no sabe si confiar en los legisladores. Una proporción muy similar es la expectativa de que la Cámara de Diputados “exija una efectiva rendición de cuentas al gobierno federal por sus decisiones y comportamientos”. Un 55% no cree y no sabe si esperar que los diputados “consideren de manera equilibrada las necesidades de las distintas regiones y grupos de la sociedad”. Malas cifras para una representación popular.
Como es claro, algunos legisladores morenistas están en las Cámaras solo para disfrutar del botín y la impunidad.
Con la colaboración de Upa Ruiz
Nueva cuenta en X: @upa_ruiz
X: @Lmendivil2015
