En poco más de un mes la Secretaría de Hacienda tiene que presentar al Congreso el paquete económico para el 2021 con todo y la miscelánea fiscal, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, más alguna modificación legal que pretendieran hacer que afecte ingresos o gasto. Para llegar a esa presentación, publicaron a … Continued
En poco más de un mes la Secretaría de Hacienda tiene que presentar al Congreso el paquete económico para el 2021 con todo y la miscelánea fiscal, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, más alguna modificación legal que pretendieran hacer que afecte ingresos o gasto.
Para llegar a esa presentación, publicaron a principios de abril lo que se conoce como Precriterios económicos, que se supone deben marcar el panorama que ve el gobierno del comportamiento económico del año siguiente.
Y si se ha hecho costumbre que los pronósticos económicos de la 4T fallen, pues ni qué decir de las estimaciones que tenían en abril del comportamiento económico de éste y del próximo año. Son simplemente para tirarse a la basura.
Es importante que desde el gobierno federal tengan una visión pegada a la realidad al momento de hacer los cálculos de ingreso y gasto. Y si el presidente no se puede apegar a la verdad al momento de hablar de las estimaciones económicas en sus discursos, al menos la Secretaría de Hacienda debe hacerlo en sus documentos oficiales.
En el informe de finanzas públicas al cierre del primer semestre del año Hacienda lanza un nuevo estimado que nada tiene que ver con el discurso presidencial y que sí implica una importante aproximación a la realidad económica actual.
El nuevo panorama oficial de la 4T habla de una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) durante el 2020 de 7.4 por ciento.
Este estimado, mucho más sensato que hoy tiene Hacienda, está por debajo de -10% que prevén en promedio los expertos que consulta el Banco de México, o de -10.5% que revisó hace unas semanas el Fondo Monetario Internacional.
Lo cierto es que, aunque menos pesimista que las reestimaciones no oficiales, este pronóstico del gobierno federal de -7.4 por ciento, con todo y sus consideraciones de impacto en finanzas públicas, sí constituyen un escenario creíble para hacer cálculos sensatos del paquete económico.
Incluso, si atendemos al resultado del comportamiento del PIB al cierre del segundo trimestre, con una caída en comparación anual de 18.9%, es posible que en este punto el resultado pudiera estar más cercano a lo que calcula Hacienda que a las estimaciones externas.
Claro, ésta es una pandemia que no da tregua, no sabemos cuándo habrá vacuna, la estrategia sanitaria del gobierno de López Obrador de la mano del poco confiable doctor López-Gatell es terrible y ante la falta de un plazo que sea creíble, es imposible predecir cuándo se podrá dar una reapertura económica plena.
Pero el consenso, con la información disponible, es que lo peor de la contracción económica habría quedado atrás en el segundo trimestre. Esto nos permitiría pensar que las caídas, porque serán resultados negativos, del tercer y cuarto trimestres serán menores a lo visto hasta ahora.
Así que, lo que son las cosas, ésta podría ser la primera vez en todo el sexenio que la Secretaría de Hacienda, con su pronóstico del PIB para este año de -7.4%, tenga la razón sobre los analistas privados.