Muchos pensamos que tomar vacaciones es igual a descanso absoluto y déjeme decirles que no, vacaciones es hacer algo diferente y eso fue lo que me tocó hacer las últimas dos semanas. No soy muy afecto a escribir lo que sucede alrededor de mi vida, pero en esta ocasión vale la pena, y sobre todo es una obligación de mi … Continued
Muchos pensamos que tomar vacaciones es igual a descanso absoluto y déjeme decirles que no, vacaciones es hacer algo diferente y eso fue lo que me tocó hacer las últimas dos semanas.
No soy muy afecto a escribir lo que sucede alrededor de mi vida, pero en esta ocasión vale la pena, y sobre todo es una obligación de mi parte agradecer a Dios, a mi familia y sobre todo a mi hijo Víctor que fue quien logró que estás vacaciones se hicieran posible, pues su esfuerzo obligó a otros esfuerzos para estar con él en un día tan importante, me refiero a su graduación.
Victor Jr. hace más de un año, buscó, buscó y buscó la oportunidad de estudiar una maestría en finanzas, aplicó en London Business School que es considerada la escuela más importante en la especialidad de finanzas y negocios en toda Europa. Logró conseguir su ingreso, al mismo tiempo buscó una beca en Conacyt la cual también obtuvo, una vez teniendo su ingreso a LBS y su beca se instaló en Londres, Inglaterra, entiendo que para él era su sueño profesional, para nosotros el sueño de un hijo se convierte en nuestra realización.
Pasaron los 15 meses de estudios intensos, además de algunos espacios libres que aprovechó muy bien para conocer algunas ciudades del viejo continente.
Y claro todo lo que comienza termina y así llegó el día de la graduación, el pasado viernes 15 de julio.
Y ahí estuvimos, toda la familia, acompañándolo en un día muy especial, donde culmina sus materias en la escuela de finanzas más importante de Europa, perdón que lo reitere, pero vale la pena decirlo y además con excelentes resultados.
Después de ese tiempo me encontré a un hijo muy maduro, con objetivos muy definidos, incluso con el ofrecimiento de un buen trabajo en puerta. Un hijo que además de cursar una maestría conoció el valor de la amistad, aprendió a estar lejos de la familia y soportar los días difíciles, pero siempre con un objetivo, el de aprovechar esa oportunidad que busco, busco y busco.
Nunca supimos que se enfermara de algo, y por supuesto que sucedió, pero nunca lo supimos. Aprendió a cuidarse, logró conocer amigos y amigas que como él son muchachos que buscan importantes y difíciles objetivos y lo logran, jóvenes que no tienen la vida resuelta pero su capacidad los lleva muy lejos, y así fue como Víctor dio un gran paso en su proyecto de vida.
Hoy regreso de esas vacaciones, que por cierto fueron las mejores de mi vida y no solo por tener la oportunidad de conocer otros países, sino por ver como los hijos se forman a través del tiempo y van logrando sus sueños, esos sueños que también son nuestros.
Ya estamos de nueva cuenta en nuestras actividades, y confieso que estoy muy feliz, orgulloso y agradecido con Dios por tener la oportunidad de conocer esta parte de la vida, pues cuando un hijo se realiza, un padre cumple uno de sus objetivos.
Espero su comprensión, en esta ocasión la columna fue personal y sin grilla alguna, pero ya nos iremos poniendo al tanto. Así que tercera llamada… Tercera… Comenzamos.
Minuto a minuto
