Estos días son intensos en materia informativa, pero al final será una semana de goles. Lo que nos queda de aquí a la inauguración del Mundial de Rusia, quizá de aquí al domingo que juega México contra Alemania, es el debate de hoy entre los candidatos a la presidencia del que no se espera ninguna … Continued
Estos días son intensos en materia informativa, pero al final será una semana de goles.
Lo que nos queda de aquí a la inauguración del Mundial de Rusia, quizá de aquí al domingo que juega México contra Alemania, es el debate de hoy entre los candidatos a la presidencia del que no se espera ninguna sorpresa.
Es un hecho que las campañas electorales quedarán en segundo plano y la atención a los candidatos dependerá de la suerte del Tri.
Los temas que involucran la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no son populares. En la televisión, por ejemplo, cuando se habla de estos temas comerciales baja el rating. Sin embargo, estos son días clave para el acuerdo trilateral después de los insultos de Donald Trump al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y sobre todo sus amenazas a sus socios.
Es un hecho que el impredecible Trump nos puede regresar de un plumazo la atención si decide denunciar el TLCAN e iniciar el proceso de salida del acuerdo. Suena a una determinación suicida para la industria estadounidense, pero por él no se sabe.
De lo que ya nos podemos olvidar que tenga un poco de atención son las decisiones de política monetaria tanto en México como en Estados Unidos.
Este miércoles, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos dará a conocer su decisión y de acuerdo con lo que ha anticipado el propio banco central, habrá que esperar un nuevo incremento de un cuarto de punto a la tasa de referencia para llevarla a un rango entre 1.75 a 2 por ciento.
Cualquier decisión diferente a esto sería una sorpresa. Pero la realidad es que las condiciones parecen dadas para este aumento hacia un punto de neutralidad.
¿Qué podría ganarles, a los juegos del mundial desde la Fed? No subir la tasa levantaría la ceja de algunos, pero tampoco sería un breaking news como para quitarle la mirada de encima al balón.
Un aumento de más de un cuarto de punto sí podría generar tensión en los mercados y atención pública por las razones que expongan para ello.
Un cambio en la tolerancia a la inflación esperada sí sería una nota como para atender los razonamientos de los banqueros centrales. Porque hasta hoy un nivel inflacionario de 2 por ciento del índice al consumidor se mantiene como una meta inamovible.
En México, también tendremos este mes decisión de política monetaria. El comunicado de la determinación de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) se dará a la par que den el silbatazo inicial para el juego Argentina vs Croacia y dos días antes del Corea vs México.
La expectativa es que en esta reunión, que será previa al día de las elecciones, que se dará con las presiones inflacionarias que hemos visto, con la expectativa de alza de la tasa interbancaria de la Fed, el banco central mexicano suba su tasa otro cuarto de punto hasta 7.75 por ciento.
En el caso del Banxico, es poco probable que pudiera hacer o anunciar algo que distraiga la atención de los aficionados al futbol. Salvo que se atreviera a lanzar una bomba preelectoral, muy poco probable tratándose del respetable banco central mexicano.