A una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el huésped de la Casa Blanca ha demostrado que está dispuesto a todo con tal de no ser desalojado
A una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el huésped de la Casa Blanca ha demostrado que está dispuesto a todo con tal de no ser desalojado de la mansión de la avenida Pensilvania 1600. Obviamente que su deseo no obedece a la falta de vivienda. El truculento actor que ejerce el personaje de Donald Trump, tiene en donde vivir en caso de desalojo: en un penthouse de dos niveles de 600 metros cuadrados en la Torre Trump, un edificio de 52 pisos, situado en Nueva York, en la Quinta Avenida. El rascacielos ostenta el nombre de Trump a pesar de que él sólo es dueño del precitado penthouse y de algunas acciones del restaurante y del estacionamiento que recibió como parte de sus honorarios por el desarrollo del proyecto. Esta disgregación inmobiliaria viene al caso porque pinta (color naranja) de cuerpo entero a un narcisista que piensa que el mundo gira en torno a él.
La pérdida del poder para el egocentrista mandatario le significaría un fracaso estrepitoso en la tercera edad. Acostumbrado a ganar sin importar las formas y el hecho que en las encuestas nacionales de preferencias electorales lo aventaje el candidato demócrata Joe Biden, el magnate que hace el que la virgen le habla cada vez que su oponente le pide que muestre públicamente el pago de sus impuestos, ha diseñado algunas estrategias heterodoxas para alzarse vencedor en los comicios de la próxima semana.
Para ganar, el empresario de singular peinado no ha tenido empacho en presionar al gobierno ucraniano para que investigue a Hunter Biden, hijo de su oponente demócrata, quien ocupó un lugar en la junta directiva de una empresa en Ucrania, para con este pretexto acusar a su contrincante de corrupción y traición a la patria. Esto resulta risible para quien vea las cosas con objetividad, no así para Trump quien se cree sus propias mentiras y elucubraciones.
Según una encuesta de CNN del pasado mes de agosto, siete de cada diez partidarios de Trump votarán en persona, cosa que contrasta con los dos de cada diez partidarios de Biden que emitirán su voto de manera presencial; en cambio el 53% de los simpatizantes del demócrata prefirieron el voto por correo. La estrategia de Trump para anular esta posibilidad, fue la de negarse a proporcionar fondos adicionales al Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) que tiene problemas financieros. Con esto es posible que el USPS no esté preparado para manejar el volumen de votos demócratas –ya se han enviado más de 50 mil– y que lleguen a tiempo el 3 de noviembre.
Otra estrategia de Donald –trickster– Trump es recurrir a las fake news. Esto es, si alguna noticia no le favorece la califica de falsa. Trump ha utilizado la frase “noticias falsas” 900 veces en tuits destinados a denigrar e insultar a los medios; desacreditar supuestas filtraciones y filtradores y alegar falsedades. A medida que se acerca el día de las elecciones, ha redoblado sus esfuerzos para atacar al cuarto poder, según ha demostrado Sthepanie Sugars, del Rastreador de Prensa en EU.
En sus ansias por ganar, el republicano es capaz, en opinión de David Brooks, corresponsal de La Jornada, de hacer un autogolpe de Estado o en ordenarles a las fuerzas federales, e inclusive, al Ejército del cual es comandante en jefe, que repriman a sus opositores.
Tal vez, por todo lo anterior, la junta editorial del New York Times declaró: “Donald Trump no puede resolver los problemas más urgentes de la nación porque él es el problema más urgente de la nación”.
Memes de la pandemia
En este punto de la pandemia si viene un OVNI, me abduce y me lleva, no lo tomaría como secuestro sino como rescate.
Boda en la pandemia. Los declaro marido y mujer, pueden darse un codazo.