Después de meses, el Senado de Estados Unidos podría finalmente aprobar la propuesta de reforma tributaria del Partido Republicano y la administración Trump en los próximos días. Esta reforma es uno de los puntos de mayor comunión entre legisladores republicanos y la Casa Blanca y se ha convertido en la parte central de su agenda … Continued

Después de meses, el Senado de Estados Unidos podría finalmente aprobar la propuesta de reforma tributaria del Partido Republicano y la administración Trump en los próximos días.
Esta reforma es uno de los puntos de mayor comunión entre legisladores republicanos y la Casa Blanca y se ha convertido en la parte central de su agenda de gobierno después del fracaso en la abrogación y sustitución del Obamacare.
El objetivo principal de la reforma es estimular el crecimiento económico y mejorar la competitividad de las empresas americanas.
La piedra angular de la reforma contempla una reducción permanente en el Impuesto Sobre la Renta a personas morales de 35 a 20% y una serie de recortes menos drásticos y temporales a las tasas de Impuesto Sobre la Renta para personas físicas.
La reforma también contempla la eliminación de algunas deducciones y la simplificación del Código Fiscal así como la eliminación del impuesto a las herencias, entre otras cosas.
La mayoría de los expertos coinciden en que la reforma tendrá un impacto positivo en el crecimiento en el corto plazo pero incierto en el largo.
De acuerdo con una encuesta levantada entre expertos económicos por la escuela de negocios de la Universidad de Chicago, la única certidumbre que hay sobre la propuesta de reforma fiscal en su forma actual es que generará un mayor endeudamiento.
La encuesta revela que 52% de los consultados está en desacuerdo con la afirmación de que la reforma fiscal generará un crecimiento económico sustancialmente mayor en los próximos 10 años, mientras que 36% lo ve como algo incierto y solamente 2% está de acuerdo con la afirmación.
Asimismo, la encuesta revela que 88% de los encuestados considera que la reforma fiscal generará un incremento considerable en la razón deuda/PIB en los próximos 10 años.
Estas respuestas contrastan con los argumentos del Partido Republicano y la Casa Blanca de que la reforma se “pagará por sí sola”.
Estos argumentos asumen que el crecimiento económico adicional generado por la reducción en las tasas impositivas será suficiente para incrementar la recaudación fiscal y no generar un mayor endeudamiento.
Este argumento ha sido utilizado como herramienta política de venta en muchas ocasiones en el pasado y la realidad es inevitable, un recorte en las tasas impositivas de la magnitud del que se propone siempre genera un mayor déficit y un mayor endeudamiento en el mediano y largo plazo.
De acuerdo al Tax Policy Center, una organización apartidista, el crecimiento económico adicional generado por la reforma añadiría aproximadamente 169,000 millones de dólares a la recaudación fiscal durante los próximos años mientras que la reducción en las tasas impositivas provocaría una reducción de 1.436 billones de dólares en los ingresos fiscales del gobierno durante los próximos 10 años.
De tal manera que, tomando en cuenta ambos impactos, la reforma generaría un agujero en las finanzas públicas de 1.266 billones de dólares en 10 años.
Además del Tax Policy Center hay estudios de otros think tanks independientes y la gran mayoría llega a la misma conclusión: la reforma generará un mayor crecimiento en el corto plazo a costa de un deterioro en las finanzas públicas.
Adicionalmente, los más críticos a la reforma argumentan que si bien la clase media y baja se beneficiarán de la reforma en un principio, en el largo plazo la mayor parte de los beneficios serán para los más ricos.
Parte de este argumento se basa en el hecho de que la propuesta contempla que los recortes a las tasas de ISR para personas físicas expiren dentro de 10 años mientras que los recortes para personas morales serían permanentes.
De aprobarse en su forma actual, la implementación del estímulo fiscal en una economía en pleno empleo, pagado con un mayor endeudamiento y déficit fiscal podría obligar a la Fed a tomar una postura más restrictiva en el 2018 para evitar un sobrecalentamiento de la economía estadounidense.