No contaban con que un subsecretario habría de corregir a la secretaria y la tan ansiada reapertura de las operaciones del sector automotriz habría de retrasarse hasta el primer día de junio
¡Luz verde a la industria automotriz en México! Esto señalaba la prensa de Estados Unidos justo después de que la máxima autoridad en materia comercial del país, la secretaria de Economía, Graciela Márquez, daba cuenta de que este lunes 18 de mayo las líneas de producción de este importante sector industrial reanudarían operaciones.
No contaban con que un subsecretario habría de corregir a la secretaria y la tan ansiada reapertura de las operaciones del sector automotriz habría de retrasarse hasta el primer día de junio.
Las acciones del gobierno mexicano se vuelven cada día más confusas para aquellos que, sobre todo desde el extranjero, no entienden cómo funciona esto de la Cuarta Transformación.
La reapertura de la industria automotriz es algo esperado en Estados Unidos. Y más allá de que lo quiera el presidente estadounidense Donald Trump, ese sector industrial es uno de los más encadenados en América del Norte y sin esa actividad fabril en México, se detiene buena parte del ensamblaje en Estados Unidos.
No entienden en el norte cómo fue que, tras un anuncio frente al presidente de la reapertura automotriz, unas horas después todo se echó para atrás.
En México es más fácil de entender cuál es la política de la 4T en muchos temas, sobre todo si recurrimos a las enseñanzas de Pedro Infante y su Aquimichú, con aquello de que la pobrecita burrita ya no quería caminar y que daba unos pasos pa´delante y otros tantos para atrás.
¿Pero cómo explicar a los socios comerciales sajones que hay desorden en las jerarquías, en las cadenas de toma de decisiones y que los planes gubernamentales son endebles y cambiantes?.
El lunes reabre la industria automotriz estadounidense y buscarán a sus proveedores mexicanos. Y cuando éstos les pretendan explicar que no es posible surtir las piezas porque Márquez dijo una cosa, López-Gatell dijo otra y entonces tienen que esperar dos semanas, en ese momento, los que puedan, buscarán otro proveedor.
De hecho, en previsión de que la pandemia de Covid-19 no sea controlada en poco tiempo en nuestro país, algunas empresas automotrices ya habían iniciado contactos desde hace algunas semanas con proveedores chinos que hoy están operando ya al 100% para sustituir componentes mexicanos.
Y no es poca cosa, Estados Unidos importa de México 40% de las autopartes que utiliza en el proceso de ensamblaje, por un equivalente a 60,000 millones de dólares al año.
Hay que explicar en Estados Unidos que las decisiones de salud se toman con cifras aproximadas y retrasadas, sin el rigor que marcaría la necesaria aplicación masiva de pruebas de detección del SARS-CoV-2.
Hay que hacer entender a los socios comerciales del T-MEC que más allá de los protocolos adoptados por las propias empresas para operar de manera segura, puede más un poco de presión de algunos gobernadores para que en menos de 12 horas la 4T recule en una decisión que ya había tomado y publicado.