El asunto es grave, porque define una actitud hacia las voces críticas en los medios masivos de comunicación. Algo muy reñido con los principios de la democracia americana, que ha salpicado hacia el sur de su territorio, afortunadamente
El asesinato de Charlie Kirk, un importante asociado político del presidente Trump ha traído en cascada un grave ataque al tradicionalmente respetado principio que garantiza la primera enmienda constitucional de los Estados Unidos, la libertad de expresión.
El cobarde atentado es totalmente reprobable, aunque la estructura política de nuestros vecinos, en donde el peso electoral y financiero de la asociación conocida como del rifle propicia y fomenta la posesión y el uso de armas de fuego para desfogar desde complejos siquiátricos hasta fanatismos políticos resulta terreno fértil para ese tpo de atentados.
La reacción de la administración Trump ha sido desproporcionada. Desde el claro pronunciamiento del secretario de Estado Rubio que pone a todo aquel extranjero que de alguna manera alabace el asesinato de Kirk en la lista de los indeseables a los que se debe retirar la visa de ingreso a los Estados Unidos dejó la marca que iba a seguir la política norteamericana.
Ayer mismo, la cadena de televisión norteamericana ABC, propiedad de la empresa Walt Disney, anunció sopresivamente la supresión del programa de entrevistas nocturnas que conducía Jimmy Kimmel por la manera jocosa en la que se refirió al asesino de Kirk.
Hace menos de dos meses, NBC, otra cadena fundamental de la televisión del otro lado hizo algo similar con el programa nocturno idéntico conducido por Stephen Colbert. Su programa no volvería a las pantallas en su próxima temporada. Kimmel y el tercer protgonista de los programas de ese género, Fallon, se solidarizaron entonces con Colbert. Es previsible que Fallon se una a los dos expulsados del paraíso de la televiión nocturna.
El asunto es grave, porque define una actitud hacia las voces críticas en los medios masivos de comunicación. Algo muy reñido con los principios de la democracia americana, que ha salpicado hacia el sur de su territorio, afortunadamente. Es deseable que el ejemplo que está marcando ahora el gobierno estaduidense no provoque imitación en nuestro país. Los ataques desde el gobierno a la libertad de expresión crítica en nuestro país ha seguido caminos tal ve menos burdos pero no menos dañinos.
PILÓN: PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): El rey Carlos tercero de la Gran Bretaña tuvo que darle su paseo de bievenida a Donald Trump y Melania su mujer en Windsor, en una carroza cerrada, muy a salvo de las manifestaciones de protesta de los británicos a la presencia del presidente de los Estados Unidos.
La ola de proestas de varios tipos a las políticas conservadoras de Israel y los Estados Unidos se han incrementado en los últimos tiempos en Europa, unida o no. Se van a incrementar en tanto más se aleje la posibilidad de paz en Ucrania y Palestina.